El comité y los trabajadores de Elecqui denunciaron ayer la liquidación de la empresa y, en definitiva, del grupo industrial Benedí al que pertenecen, como ha sido solicitado por su dueño Ricardo Benedi. El grupo llegó a tener hasta 400 empleos.

Los trabajadores de Elecqui se concentraron ayer ante la sede del Gobierno de Gasteiz en la Gran Vía de Bilbo para denunciar la situación de desamparo en la que quedan «por la deficiente y nefasta gestión de ese empresario». Un hecho que destacaron ante los medios de comunicación fue que el empresario obtuvo el reconocimiento de «empresario del año en 2004», premio que le otorgó el Gobierno de Lakua.

Los representantes del comité, LAB, CCOO y USO, explicaron que 280 trabajadores «se quedarán en la calle», sin futuro por la estrategia del dueño de la empresa de eliminar ese empleo estable para generar otro precario en la empresa Leihoko Biotz, «empresa creada específicamente para este fin, cuyas condiciones laborales y salariales le eran más ventajosas para sus intereses y beneficios».

Agapito Valle, de LAB, explicó que desde hace tiempo «habíamos denunciado los intentos del dueño de la empresa de eliminar la plantilla de Elecqui, de Ezkerraldea, para sustituirla por la nueva empresa, «en la que las condiciones laborales y salariales le eran más ventajosas para sus intereses y beneficios, al tener empleo precario».

Las empresas de componentes de automoción Elecqui y Leihoko Biotz, ambas del grupo Benedí, fueron declaradas en mayo pasado en concurso de deudores ante su situación de insolvencia inminente. Para la primera, el empresario Ricardo Benedí solicitó hace diez días la liquidación, según explicó el representante del comité. También recordó que el dueño del grupo industrial Benedí «lleva unos cuantos años actuando para desprenderse de los trabajadores, porque puso a la venta de terrenos y maquinaria de Elecqui», ante lo cual las Administraciones públicas «le han permitido todo eso y así nos va».

En rueda de prensa los trabajadores reconocieron que en esa empresa han soportado índices de accidentabilidad muy elevados, contaminación por amianto y movimientos y posturas forzadas, que han generado problemas musculoesqueléticos a los trabajadores. Por lo que denuncian la pasividad de la Administración para frenar esa actuación y «las calumnias del dueño de la empresa, ya que echa sobre nuestras espaldas esa falta de prevención de riesgos laborales y nos acusaba de un elevado absentismo laboral».