A pesar de que llevábamos bastante tiempo con tiempo invernal, acabamos de entrar oficialmente en la cruda estación. Hay quienes nada más ver formarse líneas heladas han afilado los piolets y las puntas de los crampones y se han puesto en marcha. Algunos, por hacer frente al tópico de la crisis financiera que nos asola así como a la crisis de los 40 (léase edad), han aportado su granito de arena en esta tempranera aparición del invierno.

Estamos hablando de los incombustibles pirineístas franceses Rémi Laborde y Rémi Thivel. ¿Quiénes pues? A primeros de mes se acercaron al Circo de Gavarnie con el propósito de abrir una nueva línea. Que todavía hay cosas por hacer en ese espectacular escenario en hielo y para el alpinismo está bien. Que la mayoría de las miradas de los titanes pirineístas están puestas en el tercer muro del Circo, pues también se entiende. Pero pocos son los que esperaban que una nueva ruta pudiera surcar el primer piso o Mur du Cirque.

Allí, entre las excepcionales vías de Lowe, Love Me Do y Thanatos, es decir, en la parte más a la derecha de ese sector, los dos Rémis se propusieron hacer frente a las crisis citadas hilando una nueva creación a la que le han llamado Crac 40.

Se ponen en marcha el día 6. Tenían más que claro por dónde querían subir. Conocen a la perfección los tres pisos del Circo de Gavarnie, y, quizás por ello, todavía tienen la elegancia de poseer una visión que se les escapa a muchos. Empiezan a escalar, y ya para la tercera tirada, según informa Thivel, llegan los problemas: «Mientras que subíamos el desplome se nos averió el taladro. Ya no podíamos seguir para adelante, ya que nos encontrábamos ante una sección de roca compacta en la que no podíamos meter otra cosa más que expansivos. Así que no nos quedó más remedio que bajar por las cuerdas fijas que pusimos». Y no es de extrañar, ya que ese largo, el tercero, es el único de los seis que hay que superarlo por roca.

Sostenida y con mucho ambiente

Dos días más tarde, el 8, de nuevo están ante la ruta escogida. Suben por las cuerdas fijas con un ambiente bastante delicado, ya que estaban expuestos a las amenazas de carámbanos de hielo que pendían y a las altas temperaturas.

Al final, superan ese largo de A2, el del desplome, y todavía tienen tiempo de abrir otras tres tiradas; largos muy clásicos de hielo. Tras acabar con la apertura, los dos Rémis descienden en rapel por la misma vía. Una nueva ruta que han bautizado como Crac 40, y que consta de 6 largos y 260 metros. Las dificultades técnicas: 6 en hielo y A2 en roca. Sobre la tirada de roca, el propio Thivel lanza el siguiente mensaje: «Ofrezco mis Nomic al que saque el largo de A2 en libre. En términos generales, es una línea que se puede escalar en el día. El segundo largo es magnífico y sostenido, y en las restantes tiradas también hay mucho ambiente. Sobre el material a utilizar: 8-10 tornillos de hielo, 12 pitones (6 universales, 4 planos y 2 Us; aliens verde, amarillo y gris; camalot del 0,5; cuerdas de 60 metros mínimo; y anillos para reforzar las reuniones».

El primer largo (70 m) se pilla a la izquierda para evitar al máximo las duchas de nieve y las amenazantes estalactitas (70º). Luego sigue recto a 80º-90º. El siguiente (35 m) tiene una salida a 80º, una sección a 95º protegido con un parabolt y sin descanso más a 85º-90º hasta la reunión. El tercer largo es corto (20 m) pero duro en roca. Un desplome de A2 en oblicuo a la derecha.

La cuarta tirada (60 m) tiende hacia la izquierda (80º-85º) con salida en placa. Los dos últimos largos, los más tranquilos, se caracterizan por un par de goulottes a 70º. La quinta tirada tiene 60 metros y la última, 40.

Como adelantábamos anteriormente, se rapela por la misma vía o si se quiere por la Thanatos. Todas las reuniones están equipadas. Crac 40 ya está esperando las primeras repeticiones, con dos largos (segundo y tercero) duros y una tercera tirada que invita al libre.