Formaciones vascas como EA o Aralar censuraron ayer el discurso navideño del Rey español, Juan Carlos de Borbón, debido a su apuesta exclusiva por la vía policial para afrontar la situación en Euskal Herria.

En un discurso centrado en la situación económica, Juan Carlos I introdujo un extenso apartado dedicado a exaltar la Constitución en el 30 aniversario y a afirmar que ha implantado un sistema autonómico eficaz. Como es norma, tuvo palabras para las víctimas de ETA y resaltó la intervención de las policías española y francesa contra esta organización en este año, utilizando la palabra «éxitos» y abogando por seguir en esta línea.

El PNV se mostró satisfecho con esta última alusión, pero matizó que «es evidente» que la Carta Magna española «no ha sido gestionada durante los últimos 30 años de manera favorable a la integración de la enor- me diversidad territorial que tiene el Estado». Josu Erkoreka replicó que «la Constitución de 1978 no se construyó sobre la concordia y el consenso, no al menos en lo que se refiere al País Vasco y especialmente en lo que toca a la posición que adoptó el PNV».

Para EA, ese discurso «está lleno de falsedades» dado que «30 años de Constitución han demostrado que la democracia dista mucho de ser plena como él dice» y «no se ha logrado un Estado cohesionado» ni se reconocen «derechos básicos como el derecho a decidir». Así se manifestó su portavoz, Mikel Irujo.

Añadió que las «fórmulas del pasado» se han demostrado como «totalmente ineficaces» y consideró, en resumen, que el discurso real «es poco valiente».

Desde Aralar, su vicecoordinador, Jon Abril, lamentó que el jefe del Estado español «nuevamente apueste por las vías ex- clusivamente policiales» para acabar con ETA «cuando está demostrado que todo conflicto armado se soluciona al final a través de la negociación policial».

Las exaltaciones a la Constitución española también fueron cuestionadas por el número dos de Aralar, que recalcó que en su día «no se cerró bien la transición, sobre todo en el País Vasco, donde no obtuvo consenso suficiente».

Aralar criticó además el gasto que acarrea la Casa Real, algo en lo que también puso el acento Ezker Batua. Para su portavoz, Mikel Arana, el Rey «no tiene legitimidad para hablar de crisis cuando sigue manteniendo su tren de vida a costa de toda la ciudadanía, que le pagamos a escote los palacios, el yate, los viajes y los caprichos».

También censuró su elogio a la Constitución, «aunque no es extraño en boca de una institución retrógada que no tiene el mínimo aval democrático».