Largometraje de animación en 3-D que ha sido concebido como un homenaje a la figura televisiva de Félix Rodríguez de la Fuente y a su serie documental «El hombre y la tierra», de la que se rescata el tema principal de la antológica banda sonora que en su día compuso Antonio García Abril.

El objetivo es transmitir su legado ambientalista a las nuevas generaciones, haciendo comprensible ese mensaje a favor de la conservación de la naturaleza para los niños y niñas. Antonio Banderas ha hecho las veces de valedor del proyecto, a través de su productora Green Moon, estableciendo un convenio con la Junta de Andalucía, según el cual el veinte por ciento de la recaudación obtenida por la película irá dedicado a planes ecológicos y de recuperación medioambiental. Es por ello que el paisaje imaginario de «El lince perdido» recrea zonas protegidas como el parque natural de Doñana.

La acción tiene lugar en un centro de recogida de animales, al que ha ido parar un lince llamado precisamente Félix, y que considera que su mala suerte es la culpable de la extinción de los suyos. Una vez allí, observa la extraña desaparición de miembros de otras especies, comprobando que se trata de una captura indiscriminada de animales salvajes.

Un terrible cazador llamado Newmann se está haciendo con los ejemplares en peligro, por medio de métodos crueles y poco ortodoxos. Cumple a su manera el encargo de un tal Noe, que pretende reconstruir el Arca bíblica y salvar una pareja de cada especie.

Para defenderse de semejante amenaza, un grupo de animales unirán fuerzas liderados por el lince Félix, tratándose de: la cabra Beea, a la que le gusta el riesgo y la aventura; la halcón Astarté, que se recupera de las heridas sufridas por el ataque de otro halcón; y el camaleón Gus, que resulta ser bastante paranoico. Los cuatro héroes conseguirán liberar al resto de animales en cautiverio, además de poner con sus gracias el toque de humor infantil a esta narración destinada a los espectadores más pequeños.