CRÓNICA Salud laboral
LAB edita un manual sobre qué hacer ante el riesgo químico en las empresas
Los agentes químicos se encuentran en todas las empresas. El control y la protección de los trabajadores es necesaria, porque las sustancias químicas peligrosas producen 74.000 muertes en la Unión Europea, según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. LAB edita un manual para conocer y saber responder a esa situación.
Juanjo BASTERRA
LAB ha editado un «Manual básico sobre los riesgos químicos» que fija unas pautas para que los trabajadores sepan cómo actuar y qué deben conocer para evitar una contaminación por exposición a esos productos. El trabajo sindical cuenta con el apoyo del Instituto Navarro de Salud Laboral. Antes que nada, los trabajadores deben conocer que el empresario es quien debe proporcionar un puesto de trabajo seguro y, en caso contrario, deberá aportar los elementos de protección adecuada a los trabajadores de tal forma que garanticen su seguridad y salud.
Los productos químicos están presentes en prácticamente la totalidad de los empleos y tienen un efecto dañino enorme. LAB recuerda que la industria química «ha producido y diseminado» en el medio ambiente aproximadamente 120.000 sustancias y cerca de un millón de preparados químicos diferentes. «Más del 90% de las 106.000 sustancias químicas registradas oficialmente y comercializadas en Europa, nunca han sido analizadas respecto a sus efectos para la salud y el medio ambiente».
Este hecho es de por sí grave, porque las enfermedades degenerativas derivadas de la exposición habitual a los agentes químicos «son, con mucho, más importantes y frecuentes que los accidentes de trabajo», como indica la guía de LAB. En ese sentido, 440.000 de los 2 millones de muertes laborales que se producen en el mundo se deben a la exposición de los trabajadores a los agentes químicos.
Sólo en la UE se producen al año 32.000 muertes por cáncer, 16.000 enfermedades cutáneas, 6.700 enfermedades respiratorias y 570 enfermedades del sistema nervioso centrales.
Un 31% de la población ocupada está expuesta a contaminantes químicos, «ya sea por inhalación de polvos, humos, vapores, gases o por la manipulación de los productos». En este diagnóstico, LAB recuerda que «la manipulación es más frecuente en el sector de la Industria (27,8%), pero sobre todo en la rama química. En el 80% de los casos nos e encuentra información alguna acerca de los efectos tóxicos de los productos que los trabajadores manipulan. El manual reconoce que la normativa europea REACH (que sus siglas en inglés significan Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas) era ambiciosa en un principio, pero «se ha limitado y los requisitos para la información de seguridad han sido reducidos».
«Conocer para intervenir»
El manual persigue el objetivo de «conocer para intervenir e intervenir para transformar» y detalla desde lo que son las sustancias tóxicas y peligrosas hasta sus efectos en el cuerpo humano y en la naturaleza. También fija una serie de pautas y acciones que los trabajadores tendrán que desarrollar en su puesto de trabajo o en la empresa, si conoce que se manipulan productos químicos.
Entre los diferentes aspectos, LAB recuerda la necesidad de realizar una «encuesta higiénica» para determinar los contaminantes y condiciones ambientales que puedan afectar a los trabajadores. «Se debe obtener la información necesaria para evaluar el riesgo en el puesto de trabajo y, así, aplicar les medidas adecuadas». La encuesta recoge la necesidad de realizar mediciones periódicas de la exposición a los agentes tóxicos.
Cuando se trabaja con estos productos contaminantes la ventilación es una de las necesidades vitales y, a la vez, la rotación en el puesto para lograr una disminución del impacto en la salud del trabajador.
En este sentido, la vigilancia de la salud se convierte en una obligación necesaria para conocer el estado real del conjunto de la plantilla y cuando la evaluación de riesgos ponga de manifiesto la existencia de un problema, el empresario deberá llevar adelante una vigilancia específica de la salud de los trabajadores, como indica el «Manual básico sobre los riesgos químicos», que ha editado LAB.
En este caso, hay que recordar que se debe proteger especialmente a los trabajadores sensibles, a los menores de edad, a las trabajadoras en período de embarazo, lactancia y puerperio. La central sindical pide a los trabajadores una acción coordinada y colectiva contra los agentes químicos y la exigencia a los empresarios de seguridad.