«Llenar el vacío bibliográfico existente sobre el cine y el Camino de Santiago» es el objetivo de Ramón Herrera mediante este trabajo. Como comentarista de cine, realiza un planteamiento totalmente agnóstico, «está escrito desde un punto de vista cinematográfico. No se hace apología del Camino de Santiago, es más, yo nunca he hecho el Camino ni lo pienso hacer».

Herrera realiza un recorridode las películas desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. El libro agrupa títulos de gran diversidad: Desde películas de ficción hasta series de televisión, pasando por documentales y cortometrajes. El film encargado de abrir el libro es «El pórtico de la gloria» (1953) de Rafael J. Salvia, con un marcado énfasis religioso. Más conocida y heterodoxa es la película de Luis Buñuel «La voie lactee» («La vía láctea») (1969).

Los documentales tienen especial importancia en el libro, sobre todo, por el auge que han tenido en los últimos años. Es el caso de «L´enfant du chemin» (2005) de Jean-Fronçois Castell, una «road-movie familiar» en la que una pareja emprende la Ruta Jacobea con la mujer embarazada. A los siete meses se ven obligados a parar y con la incorporación de la niña, continúan hasta Santiago.

Los intentos de realizar series de televisión como «Nuestros caminos a Santiago» de Pablo Aranegui, no han cosechado demasiado éxito. Sin embargo, el interés por la ruta sigue presente en la actualidad. Muestra de ello es la comedia «Saint Jacques, la Mecque» («Peregrinos») de Coline Serreau, que toma el tema del Camino como una excusa para hablar de la lucha por la herencia entre hermanos.

Lapsus de Coelho

No faltan anécdotas de las películas en el libro. Una de las más destacadas es la del lapsus del escritor brasileño y enamorado de la Ruta Jacobea Paulo Coelho. En el DVD titulado «Paulo Coelho en el Camino de Santiago» realiza un testimonio en el que confunde tierras francesas con mejicanas: «Tuve conocimiento del Camino de Santiago a través de «La Vía Láctea» de Buñuel, pero pensaba que no existía (...) intentaba reconocer los parajes en los que transcurre la surreal historia sin reparar que no eran tales, porque la película había sido realizada en México porque Buñuel estaba allí exiliado». Tal como lo explica posteriormente Herrera, Buñuel rodó la película en Italia y Francia, y hay algunas escenas que transcurren en Irun, Donostia y Santiago de Compostela. Anécdota que según el autor del libro, «da idea del escaso conocimiento sobre el tema, laguna que este libro pretende suplir».

Otra de las historias más curiosas es que en la película «El valle de las espadas» (1969) de Javier Setó y promocionada como «la película más espectacular y costosa realizada íntegramente en España», aparece el mismo personaje del apostol Santiago. Espada en mano, lucha con las tropas cristianas frente a los moros en la batalla de Clavijo.