Cientos de sudafricanos se congregaron ayer para despedir a Helen Suzman, icono de la lucha contra el régimen del apartheid y, durante trece años, la única diputada blanca en denunciar las tácticas de terror segregacionista de las autoridades contra la población negra. Suzman, fallecida el 1 de enero a los 91 años de edad, fue enterrada en una ceremonia privada judía en Johannesburgo.

Entre los asistentes al sepelio se encontraban el actual presidente, Kgalema Motlanthe, y el ex presidente y premio Nobel de la Paz Frederik Willem de Klerk, el encargado de gestionar la transición hacia la Sudáfrica democrática e igualitaria abanderada por su sucesor en el cargo, Nelson Mandela, con quien compartió el Nobel en 1993.

Suzman también fue nominada en dos ocasiones al premio Nobel de la Paz, que no se le concedió, y recibió el mérito caballeresco de manos de la reina Isabel II en 1989, el mismo año en el que abandonó su escaño en el Parlamento.

Durante su vida política y más allá, visitó frecuentemente al por entonces encarcelado Mandela, recluso en la Isla de Robben durante 18 años.