La catedral de la capital lituana estuvo en el centro de un grandioso espectáculo de luces y fuegos de astucia de los colores de las banderas europeas y lituanas, azules, amarillos, verdes y rojos, orquestado por el artista alemán Gert Hof. Vilnius toma el relevo de Liverpool y Stavanger (Noruega) y se convierte en la tercera ciudad de los nuevos países de la UE que consigue el título de Capital Europea de la Cultura, después de Praga y Cracovia en el 2000. «Es la muestra de nuestro regreso al panorama cultural de Europa», declaró Elona Bajoriniene, responsable de la organización de las festividades. Por su parte Sandra, una ciudadana de la capital que asistió al espectáculo, manifestó que «el programa cultural permitirá al mundo conocer mejor la capital lituana. Es una ciudad encantadora con gente amable y con una bonita arquitectura barroca.

Fundada a principios del siglo XIV por el Gran Príncipe lituano Gediminas, la ciudad de Vilnius se convirtió rápidamente en un gran centro cultural del noreste europeo, con una universidad creada en 1579. Durante siglos, fue un importante lugar de encuentro de las culturas lituanas, polacas, rusas y judías. En 1994, el centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Durante todo el año 2009, están previstas más de novecientas actividades, de las cuales los organizadores calculan que el 60% serán totalmente gratuitas. Según declaró Elona Bajoriniene, el programa «es una invitación dirigida a redescubrir Vilnius».

Ya han adelantado que algunas manifestaciones artísticas tradicionales tendrán lugar en lugares inesperados de la ciudad. Augustinas Beinaravicius, dirigirá un concierto con su asociación en el barrio de Rom. «Para mí, ser Capital Cultural Europea es algo natural, y esto debería servir para mostrar, en general, la importancia que es necesaria conceder a la cultura. Espero que la gente se convierta más tolerante frente a las iniciativas culturales», dijo a la AFP.

Este mismo enero está previsto un ciclo de conciertos en homenaje al famoso violinista judío Jascha Heifetz, nacido en la capital lituana en 1901. «Una de las ambiciones de los organizadores es que algunas manifestaciones se convierten en perennes, que tengan continuidad», explicó Sandra Adomaviciute, directora de la programación. Ejemplo de ello es el día de la música de calle a principios de mayo, o el festival Lux dedicada a la luz durante el mes más oscuro del año, en diciembre.

La Galería Nacional de Bellas Artes, situada en un antiguo museo de la revolución bolchevique y reconstruida para el año de la Capital Cultural Europea, albergará a partir del 19 de junio una exposición dedicada al gran pintor y compositor lituano Mikalojus Konstantinas Ciurlionis (1875-1911) y a sus contemporáneos.

Según el cálculo de los organizadores, el programa que han preparado para todo este año debería atraer a 3 millones de visitantes. Se espera que el turismo y el sector de los servicios tenga un crecimiento a este respecto de al menos un 15%.

La crisis financiera mundial que afecta también a Lituania ya está teniendo repercusiones sobre el proyecto. En la votación del presupuesto de 2009, el Parlamento lituano redujo de 40 a 25 millones de litas (de 11,6 a 7,25 millones de euros) la suma asignada a los organizadores para las actividades. Los recortes pendientes en el programa de lo que se espera que sea la mayor manifestación cultural nunca vista en los países bálticos se decidirán a principios de este año. A pesar de ello, los organizadores son optimistas, «los políticos tienen la voluntad de guardar el programa intacto», afirmó Elona Bajoriniene.