El Rifle tenía una bala en la recámara
Los dos bien diferentes semblantes que ofrecieron los rojilos en el Pizjuán no se correspondieron en el marcador. A la seriedad de la primera parte le sobrevino el mazazo del 1-0 y al desconcierto tras el descanso le acompañó la fortuna del postrero gol de Pandiani.
SEVILLA 1
OSASUNA 1
Natxo MATXIN | IRUÑEA
El cambio de año le ha venido bien a Osasuna. Al menos, 2009 llega con más fortuna que su predecesor, un factor que ayer le salió rentable a los rojillos, quienes consiguieron puntuar en el último suspiro y tuvieron el aliado de la cruceta cuando estuvieron a punto de pifiarla una vez más en el tiempo de descuento.
En un partido que discurrió por los cauces normales de un encuentro de fútbol, pese a los intentos de calentarlo, los de José Antonio Camacho ofrecieron dos caras muy distintas. Una primera, la de la seriedad y sobriedad, sin grandes alardes y con la bofetada del 1-0. Otra, la del abatimiento y el caos, pero curiosamente con el premio de un punto que sabe a gloria.
El gol de Pandiani -el uruguayo sigue en racha y se está reivindicando como el rematador que se esperaba de él cuando se le fichó- no evita seguir colistas, pero da mucha moral para el envite copero ante el Athletic y, sobre todo, para el complicado enfrentamiento que deberá encarar la escuadra navarra con la visita del líder Barcelona a El Sadar el próximo domingo.
En ese primer satisfactorio semblante, Osasuna saltó muy bien posicionado al césped del Sánchez Pizjuán y su idónea ubicación, si no en ocasiones muy claras, sí que se materializó en algún que otro lance de peligro, entre el dominio del peloteo en el medio campo.
Entre ellos, el más claro el que dispuso Nekounam a la salida de un corner, en un choque en el que las jugadas a balón parado, dadas las características por las que discurrió, cobraron especial importancia. El envío desde el saque de esquina lo consiguió tocar Sola para dejarlo franco al jugador iraní quien, viniendo desde atrás, no consiguió cabecear correctamente cuando sólo tenía a Palop enfrente.
Más mandones en la medular, no sólo amortiguaron el teórico fulgurante inicio hispalense, que no existió, sino que se hicieron con el control en los primeros compases. Mordiendo desde muy arriba, impidieron que el Sevilla hilvanara y únicamente la torre Kanouté inquietó por su envergadura, como en la pelota del minuto 23 en la que se adelantó con la testa a la salida de Roberto, pero mandó fuera.
La táctica se iba imponiendo al espectáculo a medida que avanzaba el choque, con un Osasuna que seguía buscando la banda derecha de un Azpilicueta que consiguió romper la cintura a Dragutinovic en más de una ocasión, aunque al de Zizur Nagusia le faltó precisión en los centros. Los de Camacho adelantaban líneas o plegaban velas en función del rival que, pasada la media hora, buscó a Navas como llave para abrir la lata rojilla.
Los mayores apuros llegaron en los instantes previos al descanso. Un más que posible penalti de Miguel Flaño al activo Kanouté -el malí aportó lo suyo en la caída-, un obús de Romaric con la zurda, pero desviado, y un lanzamiento del citado Navas fueron las mayores preocupaciones para la zaga navarra.
K.O. en la segunda mitad
Todo se disparó con la llegada de la segunda parte. Una jugada individual de Jesús Navas a la que quizás Natxo Monreal pudo poner mayor oposición trastocó todos los planes. El 1-0 no sólo ponía por delante a los locales y demostraba su mayor nivel de pegada, sino que dejó K.O. a los rojillos. Se repetía la historia y todo el mundo dio el envite por perdido. Sin rumbo ni concierto, una y otra vez los navarros fallaban en el pase y el encuentro se puso ciertamente cómodo para los sevillistas, quienes se hicieron con la batuta.
Así transcurrió toda la segunda mitad. Los de Jiménez, con rafagazos esporádicos, intentaron sentenciar -decisivo Roberto en un mano a mano con la pesadilla Navas-, pero se fueron acomodando y toda la suerte de la que no se dispuso en el 2008 se tornó a favor en el último minuto. No sin demostrar que su ubicación en la tabla sigue pesando en forma de fragilidad mental, que a punto estuvo de costar otro nuevo disgusto, pero el cancerbero gallego y el larguero certificaron que ayer era el día de Osasuna.
Parece que la diosa fortuna, tan esquiva en el ejercicio anterior, comienza a ofrecer su cara amable en 2009. Y José Antonio Camacho así lo atestiguó: «Este partido el año pasado lo hubiéramos perdido por 2-1. La última jugada del Sevilla habría entrado por la escuadra y nos hubiéramos quedado sin el empate, pero esto ha cambiado un poco».
Insistido sobre la importante aportación del factor suerte, el técnico murciano matizó que «para encontrarla, hay que buscarla y eso se consigue si continuamos con la mentalidad y trabajo que hoy hemos demostrado». En este sentido, explicó que «hemos jugado partidos muy parecidos a éste, dando la cara y jugándole de tú a tú a un equipo muy ordenado como es el Sevilla».
«Lo más importante es que la plantilla y el entorno saben que hay algo y que respondemos, que somos una escuadra difícil y dura. El equipo ha seguido creyendo en sí mismo, pese a los puntos que se nos han escapado en otros partidos y, con esa mentalidad ganadora y un baño de moral de vez en cuando, saldremos adelante», insistió.
Precisamente el «importante» punto conseguido ante un conjunto «de los de arriba» puede suponer un punto de inflexión en la trayectoria rojilla, que deberá hacer frente a obstáculos más que complicados en las próximas semanas. «Sí, va a ser un mes duro, pero también para los rivales. Al Sevilla le hemos contrarrestado su juego y no le hemos dejado dominar, podemos hacer lo mismo con los demás rivales».
Interpelado por su pretérito y fugaz paso como técnico hispalense, Camacho espetó que «a la afición sevillista le han recordado entre semana que venía, las cosas no me salieron bien aquí y ya está».
GARA
Mendigoiti y Ezkaba jugarán la final de la vigesimoséptima edición del torneo interescolar organizado por Osasuna, que se disputará maña- na a las 11.30. Los primeros se deshicieron de San Pedro por 3-1, mientras que los segundos ganaron por penaltis a Virgen Blanca.
Pandiani consiguió su tercer gol liguero -anotó frente a Almería y Getafe- y ya está a sólo uno de su compañero Nekounam, pichichi rojillo hasta ahora. Además, el atacante uruguayo lleva otra diana más en competición copera, la que eliminó a los azulones.
Kike Sola, que ayer recuperó la titularidad en la punta de ataque, tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado instantes antes del descanso. A la espera de lo que determine la resonancia, el jugador tenía mucho dolor en el ligamento interno de su rodilla derecha.