Tras la carga policial contra el TAV
Los ocho detenidos en Urbina siguen en manos de la Ertzaintza
Ocho manifestantes arrestados y, al menos, el mismo número de traslados a centros sanitarios, decenas de contusionados e identificados y una persona hospitalizada. Ése es el balance hecho por AHT Gelditu! Elkarlana de la actuación policial contra lo que pretendía ser una acción pacífica de desobediencia civil en las obras del TAV que se desarrollan en Urbina. Los ocho detenidos continuaban ayer en manos policiales. La Ertzaintza busca de qué acusarles.
O. LLORENTE- Z. ETXEBERRIA |
Un día después de la carga de la Ertzaintza en Urbina, ocho personas continuaban ayer arrestadas y al menos una persona seguiría hospitalizada.
Como broche final a la manifestación contraria al TAV y en la que participaron miles de ciudadanos, cientos de personas pretendieron llevar a cabo un acto masivo de desobediencia civil y pacífica. El objeto de la acción, según ha detallado AHT Gelditu! Elkarlana, era «invadir las obras recuperando la tierra», haciendose eco así del lema que presidía la marcha: «AHT Gelditu! Lurra berreskuratu!». Lo que se pretendía, en concreto, era alcanzar el terreno en el que las obras de esta infraestructura ya están avanzadas y hacer «sentadas» pacíficas en ellas.
Sin embargo, las reiteradas cargas de la Ertzaintza, con furgones que patrullaban a toda velocidad y la presencia añadida de un helicóptero, convirtieron una acción pacífica de desobediencia civil en una situación de caos total en la que se produjeron numerosos heridos.
AHT Gelditu! Elkarlana indicó además que una vez dada por finalizada la protesta «el hostigamiento policial continuó», ya que la Ertzaintza se ensañó a porrazos y a pelotazos contra los manifestantes que procuraban huir del lugar de las obras hacia Urbina o hacia el monte. Destaca de manera especial lo acaecido en el carril-bici situado bajo la autopista de Luku; los tapones humanos que se formaban por la gente que quería escapar fueron blanco fácil para los golpes de los agentes policiales.
El balance arrojado por la plataforma contraria al macroproyecto eleva la cifra de heridos y contusionados a «centenares» de personas, constata que al menos ocho heridos acudieron a los hospitales gasteiztarras de Txagorritxu o Santiago, y asegura además que uno de ellos quedó ingresado, aunque GARA no pudo obtener más datos sobre su situación médica.
Los ocho arrestados continuaban todavía ayer en manos de la Ertzaintza, en la comisaría de Lakua en Gasteiz. Según detalló la plataforma, será hoy por la mañana cuando pasen a disposición judicial. Los abogados fueron informados de que todavía no se había realizado el atestado, de modo que la Ertzaintza sigue buscando qué imputarles.
Asimismo, GARA ha podido saber que tres de los arrestos se produjeron cuando estas personas estaban siendo atendidas en las ambulancias estacionadas en Urbina. Las quejas de un vecino por el trato policial llevó a los agentes a irrumpir en su casa y llevárselo detenido, pese a encontrarse en ese momento solo con su hija de tres años.
Desde el Departamento de Interior de Lakua indicaron que también hubo heridos entre las filas de la Ertzaintza, en concreto seis agentes que no debieron ser trasladados a ningún centro sanitario.
La versión de los hechos ofrecida desde este Departamento relataba que la Ertzaintza se vio obligada cargar después de que los manifestantes «se internaran en las obras y se enfrentaran a los agentes lanzándoles piedras». Esta versión fue contradicha por todos los testigos presenciales e incluso por medios como ``El Mundo'', que confirman que la carga policial fue previa.
Aralar, que participó en la marcha de Urbina, criticó la actuación de la Ertzaintza y remarcó que este partido siempre ha defendido la vía de la desobediencia civil. «Eso era precisamente lo que se estaba haciendo en Urbina», apostilló.
Al menos tres personas fueron detenidas cuando estaban siendo atendidas en las ambulancias estacionadas en Urbina, según han indicado a GARA testigos presenciales.
Pese a la «brutal represión de la Ertzaintza», AHT Gelditu! Elkarlana ha valorado de manera «muy positiva» la manifestación llevada a cabo el sábado en Urbina, «tanto por la alta participación como por el compromiso de las personas que participaron». Asimismo, en la nota emitida a los medios volvió a exigir la paralización de las obras del TAV para impulsar el debate pendiente en la sociedad.
Por otro lado, 120 personas se manifestaron el sábado en Elgoibar y 80 ayer para exigir la puesta en libertad de los detenidos, uno de ellos natural de la localidad.
GARA
JASONE ETXEBERRIA
«UNAS CIEN PERSONAS NOS REFUGIAMOS EN LA CASA DE JUNTAS, PERO ENTRARON POR LA VENTANA»
«Una vez que la marcha ya había finalizado, nos dirigimos hacia Urbina. No obstante, la Ertzaintza ya había cerrado el camino. Mucha gente empezó a correr por el monte mientras los agentes les perseguían. Algunos pudimos continuar por el camino, pero siempre teníamos detrás una notable presencia policial, y, además, continuaba golpeando a la gente. Lanzaron incluso alguna pelota de goma. Cuando, por fin, pudimos llegar a Urbina la Ertzaintza tenía tomada la calle de la plaza. El personal sanitario tuvo que venir a pie, ya que les era imposible acceder con las ambulancias. En la calle mismo, atendieron a los numerosos heridos y les repartían hielos para aliviar el dolor. Entonces, un grupo de unas cien personas decidimos refugiarnos en la Casa de Juntas. Los agentes nos pedían que abriéramos la puerta, pero nosotros nos negamos. Finalmente, entraron por una ventana y señalaron con el dedo quienes eran las personas a las que había que identificar. Los demás seguimos sentados mientras tomaban los datos a unas cinco personas».
ABOGADO
«LOS ERTZAINAS NOS ECHARON DE COMISARÍA, NOS DIJERON QUE `NO PINTÁIS NADA AQUÍ'»
«Alrededor de las cinco de la tarde del sábado, varios familiares y abogados nos acercamos hasta la comisaría de Gasteiz. El Gobierno había dicho que había ocho personas detenidas. Entrada ya la noche, los agentes de la Ertzaintza nos echaron del hall de la comisaría argumentando que no nos darían mas información sobre los detenidos. Según ellos, `no pintábamos nada allí'. Hoy [por ayer domingo] nos dirigimos a los juzgados y después de esperar pudimos hablar con la Jueza. La magistrada nos comentó que el auto que la Ertzaintza debe realizar no estaba concluido, por lo que los detenidos estarían un día más. Y como las diligencias no estaban finalizadas, no sabemos qué es exactamente lo que se les imputa. El plazo tope de detención que la Constitución española marca es de 72 horas. La intención que los familiares tenían de poder entregarles algo de ropa para que los detenidos pudieran asearse fue denegada. Pero sabemos que muchos de los detenidos presentan molestias y que el lunes deberían ir prestando declaración ante el Juez».
HILARIO MANZANEDO
«SI ALGUIEN TRATABA DE ACERCARSE A LOS HERIDOS, NOS ECHABAN A GOLPES»
«Nada más terminar el acto que AHT Gelditu! Elkarlana había organizado, comenzamos el camino de retorno. Nosotros éramos de los últimos de la fila, y por eso cuándo la Ertzaintza empezó a ensañarse, la carga nos pilló de pleno. Nos dirigíamos por la `vía verde', que es un lugar público, como alguien les gritó a los agentes. Cómo respuesta emplearon la fuerza. Para mí, lo ocurrido, cuando el acto ya había terminado, fue una auténtica carnicería. Lo que la gente vivió en esos momentos fue como un cuento de miedo y es muy difícil de describir. Se ensañaron a bocajarro contra todos los que estábamos allí presentes. También vimos cómo tiraban del pelo a las personas, o los tiraban al suelo y entre dos o tres les asestaban una paliza. A un chico lo llegaron, incluso, a lanzar al río. Nosotros sentíamos la impotencia de no poder ayudarlos. Pero si alguien trataba de acercarse adonde estaban los heridos, nos echaban entre amenazas y golpes. Todo el rato mantenían esa actitud arrogante y amenazante».
NEREA LOPEZ
«NOS TENDIERON UNA EMBOSCADA EN LA ZONA DE OBRAS DE LA AUTOPISTA»
«Una vez que se había acabado el ekitaldi, mi compañero y yo nos intentamos dirigir hacia la zona de obras. Más tarde empezaron a llegar más dotaciones de la Ertzaintza, y cuando volvíamos a Urbina nos tendieron una auténtica emboscada. Se produjo en la zona de obras de la autopista Eibar-Gasteiz. En ese tramo había un puente, de unos 20 metros de longitud aproximadamente, y antes de llegar allí en un lado había verjas y en el otro estaba el río. La Ertzaintza hacía un uso totalmente desproporcionado de su material antidisturbios. Todos los golpes y pelotazos los tiraban desde escasos metros y siempre atacaban por detrás. La mayoría de los heridos tienen heridas en la espalda. Fue entonces cuando un pelotazo alcanzó de lleno la nuca de mi pareja. A consecuencia del impacto, cayó de bruces al suelo. Para nuestra suerte, y para desgracia de otro chico que fue brutalmente golpeado, nosotros sí pudimos atender a mi compañero sin que los ertzainas nos golpearan a nosotros. Todavía se queja de bastantes molestias en el cuello».
