Iñaki LEKUONA Periodista
Gernika, tan cerca
Martes 13 de enero, informativo de la noche en la segunda cadena de televisión israelí, el más visto del país. La crónica es del corresponsal de Le Monde que relata cómo en la pantalla del televisor, sobre un fondo de explosiones en Gaza, una joven y encantadora presentadora anuncia el primer titular: «Un soldado gravemente herido en la explosión de una casa-trampa». El informativo se vuelca en subrayar el descubrimiento de una batería antiaérea en una mezquita, muestra los destrozos de trece granadas lanzadas por Hamas contra Ashkelon y Sderot, y anuncia que varios colegios de Beersheba han tenido que cerrar por «motivos de seguridad». El ejercicio del corresponsal de Le Monde es simple, pero efectista; cambia de cadena y cuenta al lector qué se ve en el informativo de Al-Jazira: una matanza en Gaza que si no respeta las sedes de la ONU, cómo va a respetar las escuelas, los domicilios de civiles, las ambulancias...
Gaza viene a demostrar que la moral de occidente es maleable, por no decir hipócrita. Y que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y la ONU toda ella, es una organización nada democrática, además de incapaz, es un gran muñeco de trapo al que le pone voz un ventrílocuo desde Washington.
Circulan por Internet imágenes de lo que representa el ataque israelí sobre Gaza. No se emitirán en Israel, tampoco aquí, pero pueden encontrarse en cualquier buscador tecleando el verso «tu silencio me duele», del poeta Mahmoud Darwish. No es cuestión de morbo, es cuestión de observar de frente cuál es la realidad. Gaza queda lejos, pero las fotografías de niños mutilados, de mujeres quemadas, de vidas destrozadas parecen sacados del Gernika.