Edward Zwick ha querido dejar bien claro que «Resistencia» no sigue la estela legada por filmes anteriores suyos como «Diamantes de sangre» y la muy prescindible «El último sámurai». Por ese motivo, sorprenden los sobresalientes títulos de crédito con los cuales se inicia este filme que, al igual que sus protagonistas, se quedan en una especie de territorio de nadie. Tras la excelente obertura visual en la cual el blanco y negro se transmuta, gracias a la paleta de colores del siempre eficaz director de fotografía Eduardo Serra, en tonalidades frías y tenues que ayudan al espectador a identificar los paisajes bielorrusos por los que transita este drama bélico.

Afortunadamente, la muy suculenta historia real protagonizada por los hermanos Bielski no cae en la estridencia del discurso panfletario al que nos suelen tener acostumbrados desde Hollywood y el autor de «Leyendas de pasión» se ha decantado por un dramatismo pausado y muy acorde con las personalidades de sus dos protagonistas centrales: Daniel Craig y Liev Schreiber. Es una lástima que este estilo novedoso en Zwick no haya contado con un vigor narrativo apropiado y el espectador termine por contagiarse con un ritmo excesivamente calmado y que ni siquiera es alterado por las contadas ocasiones en las que suenan las balas y caemos en la cuenta de que estamos en plena Segunda Guerra Mundial.

Otro de los aspectos destacables, pero desaprovechados, tiene que ver con el código moral esgrimido por estos judíos atípicos que se atrincheraron en el bosque para no dejarse aniquilar. Su conducta activa contrasta con la pasividad del pueblo judío que, hacinado en el ghetto, se ampara en su mejor aliado ¯el tiempo¯ mientras aguarda ser llevado al matadero. La imagen de estos parias de su propio pueblo ¯los Bielski eran repudiados por el resto de su comunidad por que se dedicaban al contrabando¯ ayudando a los que siempre les evitaron, simboliza la muy escasa simpatía que, en estos nuevos días de guerra y dolor, se puede sentir por el temible Pueblo Elegido.