La aplicación del modelo de Concierto Económico a las relaciones políticas e institucionales entre el Estado y la CAV que el filósofo Daniel Innerarity propuso hace tres años (27 de enero 2006), que el ex presidente del EBB Josu Jon Imaz defendió hace dos en el Forum Europa (2 de febrero de 2007) y que Iñigo Urkullu retomó el 30 de marzo de 2008, es ya doctrina oficial del PNV. El EBB lo aprobó el pasado lunes dentro de las conclusiones del proceso «Think Gaur Euskadi 2020» desarrollado durante los últimos meses.

Este nuevo concepto político supone, según explicó en su día Iñigo Urkullu, «un nuevo compromiso recíproco entre Euskadi y Madrid». Su propuesta al Estado es «aplicar a la política los principio y la filosofía que impregna la figura del Concierto Económico; acuerdo, pacto, bilateralidad, ninguno por encima del otro».

La idea del Concierto Político no figura en la ponencia aprobada hace poco más de un año por la Asamblea General del PNV como línea de actuación del partido. Allí se hablaba del «reconocimiento de la existencia del pueblo vasco como sujeto político y el derecho a la libre determinación del mismo».

Institucionalización compartida

El actual consejero de Interior, Javier Balza, ha sido el encargado de coordinar el área de análisis y propuesta referido a «desarrollar plenamente nuestro autogobierno y alcanzar la paz». En este ámbito figuran las metas del PNV para lo que se denomina como «institucionalización compartida».

La primera es «alcanzar un Nuevo Estatus Político, sobre la base del Estatuto aprobado por el Parlamento en 2004, siguiendo el modelo de Concierto Económico, que garantice la singularidad institucional de Euskadi, de acuerdo con la naturaleza plurinacional del Estado, consolidando un sistema de garantías bilaterales entre Euskadi y el Estado, que impida las vulneraciones de los pactos alcanzados, mediante un nuevo sistema de Concierto Político».

El PNV propone también que se garantice «el ejercicio del derecho a decidir de la sociedad vasca mediante la regulación de las formas de consulta o ratificación de las propuestas y decisiones políticas de las instituciones vascas».

Se habla además de crear «una arquitectura institucional global para todos los territorios vascos, con independencia de su actual estatuto jurídico-político», que, «desde el respeto a la decisión de la ciudadanía de Nafarroa e Iparralde, sitúe en un plazo de igualdad a ambas realidades y a la Comunidad Autónoma Vasca en un horizonte de unidad político-territorial. Como primer paso abogamos por constituir un órgano permanente de cooperación entre la Comunidad Foral de Nafarroa y la Comunidad Autónoma Vasca. Avanzar en la creación de una `euroregión' con Iparralde».

En cuanto a la normalización política y social para la paz, las metas son «erradicar el terrorismo de ETA», consolidar planes de «reconocimiento de las víctimas del terrorismo» y de «educación para la paz». Nada se dice del «dialogo político sin exclusiones» que alaba del proceso sudafricano, ni de los compromisos británicos en el irlandés.