El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Esta que es una premisa básica del orden penal, parece que tiene escasa aplicación en la gestión de la cosa pública. Sin ir mas lejos, hemos conocido que Zabalgarbi, una empresa participada al 40% por la Diputación Foral, el Gobierno Vasco, la Mancomunidad de Municipios de la Margen Izquierda y la BBK, ha perdido 3,7 millones de euros que fueron invertidos en el fraude piramidal de B. Madoff.

Inmediatamente los responsables de la Diputación, encabezados por su diputado general J. L. Bilbao, muestran su desconocimiento de la operación especulativa y su indignación. Una rasgada de vestiduras en toda regla en plena campaña electoral. Pero el supuesto desconocimiento del fraude no exime al diputado general de su responsabilidad.

Sr. Bilbao, el que juega con fuego se quema. Usted está fomentando la proliferación de empresas para públicas, puestas en manos privadas, que gestionan para su propio beneficio el dinero de ciudadanos y ciudadanas. Lo está haciendo usted para que hagan negocio con su construcción, con su financiación y con su gestión. Usted, Sr. Bilbao, ha metido a la zorra en el gallinero y no puede alegar en su defensa desconocimiento de las tropelías que iba a ocasionar.

Sr. Bilbao, usted es partidario del modelo de gestión de la empresa privada, usted coloca a personas de su confianza o de la de su partido en empresas públicas y usted evalúa su gestión en función de la rentabilidad financiera de las inversiones y los beneficios. ¿De qué se extraña ahora? El Sr. Juan Ignacio Unda, según usted, ¡confiéselo!, no ha hecho mal en tratar de sacar del fondo de reserva de Zabalgarbi un beneficio extra del 10% o el 15%, lo que ha hecho mal es que ha jugado y ha perdido. Si hubiera ganado, usted sería el primero en felicitarle.

Sr. Bilbao esto ha sucedido, sucede y sucederá porque usted y quienes como usted están gestionando las administraciones públicas lo hacen tratando de aplicar criterios de beneficio empresarial y lo hacen no con su dinero sino con el nuestro. Y esto suele salir mal. Los servicios y las empresas privatizadas, son mas caras, prestan peores servicios y corren como en este caso mayores riesgos. Y si no es así es porque los salarios que pagan a las trabajadoras y trabajadores son menores, subcontratan y precarizan las condiciones de trabajo.

Y esto ha tenido que suceder en Zabalgarbi. Un modelo de gestión de la basura más favorable para los intereses privados que para los intereses públicos. La incineración de basuras no es la que mejor rentabilidad social tiene, es la más rentable para las empresas privadas que las promueven, construyen y gestionan.

Pero este modelo de gestión de lo público no es privativo del PNV. PSOE, PP y UPN lo han hecho y lo están haciendo con los mismos métodos y objetivos en aquellas instituciones que gobiernan. A quienes hoy sacan pecho en este asunto habría que recordarles por ejemplo que el Gobierno Zapatero decidió jugar a bolsa ni más ni menos que con el fondo de reserva de la seguridad social y participar con nuestro dinero en el reparto del «festín» de la Bolsa.

Lo que aquí está en cuestión es el papel que el sector público debe de tener en el actual contexto económico y social. ¿Un papel subsidiario respecto a la iniciativa privada o un sector público potente con capacidad de liderazgo y orientación respecto al modelo de desarrollo y de sociedad que queremos construir?

Lo que está en juego es el modelo de administración y servicios públicos que la sociedad vasca necesita como instrumentos que garanticen nuestros derechos sociales y de ciudadanía. Un modelo de gestión basado en la eficiencia social, la evaluación y participación social y no en los criterios de rentabilidad empresarial. Un modelo de administración pública trasparente y unos servicios públicos recuperados para la sociedad. Un modelo de gestión que destierre las prácticas clientelistas, los favores a amigos y conocidos en la contratación de obras y servicios y la desigualdad en el acceso a la administración.

Por cierto, Sr. Bilbao, ¿va a pagar usted el dinero que se ha esfumado? ¿Piensa dimitir por la responsabilidad que le corresponde?