Los niños de Gaza volvieron a la escuela tras los 23 días de intensos bombardeos que destruyeron completamente 35 instalaciones educativas. Algunas ya han sido reparadas tanto por el Ministerio de Educación de Hamas como por la Agencia para los Refugiados Palestinos de Naciones Unidas (UNRWA).

Abu Jalala, de 15 años, regresó a su escuela, al Fakhoura, donde hace poco más de una semana murieron en un ataque aéreo israelí 55 palestinos que se habían refugiados en las instalaciones. «Se pueden ver las marcas de las bombas en las paredes», comentó. «Es muy duro para todos volver a este escenario. En mi clase hay cuatro niños que han sido asesinados y otros diez más de otras clases están heridos en los hospitales», añadió Mohamed. «Nadie perdonará a Israel los crímenes que ha cometido contra nosotros», aseguró.

La casa de Amal Baker, de 17 años, está al lado del hospital de Shifa, el más importante de Gaza. Los sonidos de las bombas, de los aviones de guerra y de las ambulancias le impidieron dormir durante casi un mes. «Estaba muerta de miedo», subrayó.

Para Dona Matta, de 16 años, aunque los ataques hayan finalizado «el estado sicológico de la gente es muy malo; necesitaremos hacer terapia durante mucho tiempo». Por ello, las autoridades educativas y la UNRWA han pedido a los colegios que dediquen esta primera semana de clases a dar apoyo sicológico a los menores para ayudarles a recuperarse. Los profesores han recibido instrucciones de animarles a hablar sobre lo vivido.

Durante tres semana, estuvieron encerrados en sus casas, pendientes únicamente de la televisión, la radio, las llamadas telefónicas a los familiares, y de las caras de tristeza y terror de sus padres. Algunos se vieron obligados a huir de sus hogares.

Por otra parte, agencias humanitarias volvieron a reclamar a Israel un acceso «sin restricciones» a la Franja.

Según cifras de Naciones Unidas, alrededor de 100.000 personas han sido desplazadas por el conflicto, de las que unas 8.500 permanecen refugiadas en escuelas de la UNRWA.