La decimotercera victoria baskonista cosechada el pasado miércoles no fue ningún mal augurio, ya que los de Dusko Ivanovic lograron anoche una de esas victorias que te hacen más líder. Un partido ganado con sufrimiento, pero con una exhibición de carácter ganador que ya quisieran algunos.

El partido comenzó a ritmo de zafarrancho; ataques rápidos, mucho acierto en el tiro y las primeras apariciones de los que a la postre serían protagonistas del encuentro: Igor Rakocevic y Marcus Haislip.

La falta de Mirza Teletovic en el conjunto gasteiztarra hizo que el Unicaja volcara todo su juego en sus interiores, y tanto Boniface Ndong como el mencionado Haislip respondieron a su entrenador con preciosos balances ofensivos. Sin embargo el Tau aguantó y, basándose en un gran Mickael, llegó al descanso con un apasionante 50-50.

El partido iba muy físico y ambos entrenadores estaban esperando el desfallecimiento ofensivo del contrario. Pero la tregua de anotación no llegó. Es más, las aportaciones de Archibald, Haislip, Splitter y Prigioni no hicieron más que aumentar la tensión del pabellón. 73-72, y la afición gozando en uno de los partidos más bonitos del año.

Explotó el de siempre

Un «dos más uno» de Robert Archibald a falta de 5 minutos puso a los andaluces por delante; 75-77. Los resoplidos y las caras de preocupación invadieroon a la afición. Pero justo en ese momento, cuando el partido estaba caliente, apareció el de siempre; el verdugo del Unicaja, el «coco» más temido por los niños de Málaga. Igor Rakocevic sacó a relucir sus armas, y ahí se acabó todo. Un poco de «baskonia, baskonia», una pizca de equipo, otra gota de defensa agresiva... y listo. 14 victorias seguidas y más líderes que nunca.