La novena edición del Foro Social Mundial (FSM) comenzó ayer en Belem do Parà con una marcha multitudinaria y colorista contra la guerra, que recorrió las principales calles de la ciudad con un fuerte mensaje contra el armamentismo, el neoliberalismo y el calentamiento global.

La marcha estuvo encabezada por los colores africanos de la octava edición del FSM que se realizó en 2007 en Kenia y que, con este simbólico acto, devolvía el testigo a Brasil, país donde nació en 2001 este movimiento.

Entre las 5.176 delegaciones, representantes de 150 países, en la manifestación se encontraba presente la delegación vasca integrada por Herriak Aske, LAB, la izquierda abertzale y Askapena, que durante esta semana trabajará para que Euskal Herria tenga su lugar en la carpa del «Derecho colectivo de los pueblos y naciones del Estado», uno de los trece espacios del FSM y una de las novedades de esta edición.

Amplio programa

Difícil va a ser para cualquiera que desee seguir el Foro acercarse a las 2.400 actividades que componen el programa oficial, en el que está más presente que nunca el mensaje ecologista.

La jornada de hoy estará dedicada a la cuestión amazónica, bajo el lema «500 años de resistencia, conquistas y perspectivas afro-indígena y popular», con el objetivo de integrar en la agenda mundial la lucha de los pueblos indígenas por un nuevo modelo de desarrollo más sostenible. La elección del tema responde al deseo del Consejo Internacional de que, además de coger este encuentro, la Amazonía sea también su protagonista.

Así, muchos de los debates estarán centrados en la dramática realidad de los indios, habitantes originarios de la Amazonía y marginados en su propio hábitat por la acción depredadora de las grandes empresas.

La Amazonía es una región administrada por Bolivia, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil, Guyana, Guayana Francesa y Surinam, que alberga la mayor biodiversidad del planeta. En su seno existe un fuerte movimiento social estructurado en torno a los múltiples pueblos que lo habitan, además del movimiento brasileño de los «sin tierra», muy radical en su política de ocupaciones.

Ambos convergen en la exigencia de otro modelo de desarrollo y son muy críticos con la política que desarrolla, en este sentido, el Gobierno brasileño de Luiz Inàcio Lula da Silva, principalmente en materia de biocombustibles.

Además, este año, el FSM ha hecho una apuesta por la descentralización. Consciente de las dificultades de acceso que presenta Belem do Parà han propuesto que los foros locales organicen también sus propias actividades paralelas. El territorio virtual Open FSM, en internet, permite interrelacionarlas con las experiencias de Belem.

Debate de presidentes

Una prueba del referente mundial en que se ha convertido FSM es la presencia mañana en Belem do Parà de cinco presidentes latinoamericanos. Evo Morales (Bolivia), Hugo Chávez (Venezuela), Rafael Correa (Ecuador) y Fernando Lugo (Paraguay) han aceptado la invitación de Lula da Silva (Brasil) de acudir al FSM para debatir, frente a la sociedad civil, sobre Latinoamérica y sus rumbos y asuntos más globales, como la guerra y la crisis del capitalismo, en el que se espera participen alrededor de 8.000 personas.

Las relaciones entre los gobiernos y la sociedad civil en un continente en pleno cambio como es Latinoamérica es, precisamente, uno de los aspectos centrales de esta edición del FSM. Varios de los presidentes que se acercarán a Brasil han estado ya presentes como activistas en foros precedentes. Un sector del Foro estima que las ideas que propugna éste han ayudado a las elección de estos mandatarios y que se debe aprovechar esta oportunidad histórica para que los movimientos sociales condicionen la agenda oficial de los gobiernos.