Los líderes del Tour repasan un calendario muy similar en el que los dos van muy retrasados sobre su preparación del año pasado, cuando debían disputar País Vasco. Este año quieren llegar frescos a julio.

¿Cómo llegáis al comienzo de la temporada tras la caída de la Vuelta en el caso de Igor y de una temporada sobrecargada de esfuerzos en la de Mikel?

M.A.: He tenido un invierno muy tranquilo, con mes y medio de retraso con respecto al año pasado. Quitando una hora de entrenamiento diario a lo habitual. El año pasado en Australia empecé con 6.000 kilómetros y en Mallorca comenzaré con 4.000 como mucho. Voy a correr muy poco al inicio. El objetivo principal es el Tour y llegar lo más fresco posible allí.

El año pasado acabé cinco vueltas entre los diez primeros y estoy contento con la regularidad. Disputé todas las generales que corrí menos el Tour, donde estuve un poco por debajo. Me faltó la última semana, sobre todo la etapa de Alpe d'Huez me pasó factura y perdí una minutado. Acabé decimoquinto, que no está mal, pero me fui a casa con ese sabor agridulce. Contento con mi rendimiento, pero consciente de que estar todo el año a tope me pasó factura. Este año partimos de un planteamiento completamente diferente para que no me pase eso. Desde el final de la Vuelta, el equipo me dijo que me lo tomara con calma. Hasta junio estaré tranquilo, correré sin presión y disfrutaré del ciclismo. Y desde junio asumiré la responsabilidad. Es bonito estar adelante y asumir un rol determinado y tengo ganas de que llegue julio.

I.A.: Desde que me caí en la Vuelta el 13 de setiembre hasta hace poco me daba algún problema la pierna. Me ha quedado bien, pero tenía que recuperar músculo. Ahora la tengo casi igual que la otra. Han sido 45 días de rehabilitación en Derio. La clavícula me la rompí, pero eso recupera rápido. Ahora empiezo de cero. Estoy en rodaje. Hasta ahora he hecho tres horas y media de máximo y mañana -dice por hoy- serán cuatro y a ver cómo asimilo los esfuerzos. No tengo prisa. Empiezo tranquilo. Los objetivos están en julio y por eso llevo 2.000-2.500 kilómetros, la mayoría a muy baja intensidad. Donde más he trabajado ha sido en el gimnasio.

¿Cuál será vuestro calendario?

M.A.: Yo correré dos o tres días en Mallorca, Murcia, Criterium Internacional, Estella y Amorebieta y luego un segundo bloque de preparación importante con Romandía, Catalunya y Dauphiné antes del Tour. En cuanto a días correré un poco menos, sobre todo lo que cambia es el planteamiento de ir a una vuelta y saber que no voy a disputar la general. Levantaré el pie e iré más tranquilo para llegar al Tour lo más fresco posible.

I.A.: Yo empiezo el 1 de marzo en Almería y sigo en Murcia, Castilla León, Laudio y Estella para ir subiendo en la forma y a partir de mayo hacer un trabajo más específico en Romandía, Volta y Euskal o Dauphiné. En estas carreras como mucho buscaré alguna etapa para ver si puedo conseguir algún resultado y llegar lo mejor posible al Tour, que es una carrera muy exigente. Así como hace dos años conocí la cruz de la moneda y me retiré a los doce días, este año quiero ir con una muy buena preparación e intentaré llegar bien hasta el final.

¿Cómo vivís esta concentración?

I.A.: Como otros años, con la diferencia de ser el año en el que, como he tenido parón, llegó con más ilusión para aprovechar estos días. Viene bien para hacer piña y para conocer a los nuevos y además aseguras el clima.

M.A.: Yo la primera semana de enero he estado en Cádiz coincidiendo con la nevada en Donostia. Empezó a nevar y dije que no me pilla. Cogí la maleta y me fui al sitio en el que mejor tiempo hacía. Aunque tenga que empezar tranquilo y no tengo que entrenarme mucho, siempre se agradece el buen tiempo que tenemos en esta concentración para entrenarnos bien y luego ir a casa y recuperar. Además veremos etapas de la Vuelta, que es significativo de que el equipo hace las cosas muy bien. El año pasado vimos las etapas del Tour y es de agradecer que tengamos toda la ayuda posible.