Un centenar largo de personas se concentró ayer a la tarde en la plaza de Rekalde para pedir soluciones al objeto de terminar con las continuas riadas que sufre este barrio de Bilbo cada vez que hay lluvias fuertes. Convocados por la Asociación de Vecinos Rekaldeberriz, los manifestantes reivindicaron información sobre los estudios técnicos que se van a acometer, la suspensión cautelar de las obras de la Supersur y ayudas a los comerciantes afectados por las inundaciones.

El organismo ciudadano estimó que las declaraciones del alcalde, no descartando que los trabajos de construcción de la Variante Sur Metropolitana en el entorno del Peñascal puedan haber tenido su efecto negativo, fundamentan su petición de estudios rigurosos. Esta solicitud ya la hicieron ante la primera riada y van tres en un año.

Los vecinos demandan que los informes que elaboren el Consistorio bilbaino y la Diputación vizcaina sean hechos públicos y puedan ser contrastados con otros técnicos independientes. Como medida cautelar, plantean que se estudie la suspensión cautelar de las obras de la Supersur y de los otros proyectos que se están ejecutando en las laderas del macizo de Pagasarri. Es más, exigen que si se detecta relación causal alguna entre obras y riadas, los trabajos no se reanuden hasta que se acometan para «evitar nuevas desgracias».

Tampoco se olvidan de que Ayuntamiento y Lakua contemplan que el tranvía discurra por la calle Gordoniz, eje viario central del barrio que se convirtió el martes pasado en una gran piscina. Solicitan que se analice su impacto, tal y como lo ha pedido la plataforma que se opone a la implantación de este medio de transporte público y reivindica una línea de metro.

Para los comerciantes de Gordoniz, Rekaldeberriz demanda apoyo económico municipal. A las tres inundaciones que han sufrido los establecimientos, la asociación suma los efectos de la crisis económica y la pérdida de tejido comercial.

«Solicitamos el compromiso de asumir los costes que las aseguradoras no cubran y ayuda a fondo perdido para compensar los disgustos provocados por una realidad de la que no son, en ningún caso, responsables», manifestaron desde el colectivo.

El organismo vecinal aseguró que «no es hora de buscar culpables. Es el momento de encontrar soluciones». A pesar del tono conciliador, dejaron bien claro que, en caso de que Rekalde se inunde nuevamente provocando riesgo a sus residentes, exigirán responsabilidades penales a quien corresponda.

Al margen de las piedras y barro que transportaron las fuertes lluvias, cuyo origen se apunta a las obras en las laderas que circundan Rekalde, fuentes municipales confirmaron a GARA que la causa principal de la inundación en la calle Gordoniz fue que las aguas de escorrentía que bajaron de Arraitz y Rastaleku no fueron absorbidas por las conducciones de saneamiento y pluviales.

Además, al estar saturado el cauce del Kadagua, no funcionó el túnel subterráneo inaugurado por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia en julio de 2006 entre ese río y Rekalde.