La mayoría de los ascensos se obtienen en el sprint final del campeonato, pero para poder llegar en condiciones idóneas a esa última zancada es necesario no perder de vista el grupo de cabeza, al que los txuri urdines tienen a tiro de piedra. Por eso, para seguir en esa esperanzadora posición, aspiran a empezar con buen pie la segunda vuelta.

No es que el estadio insular se les haya dado muy bien a los donostiarras en su prolongada trayectoria -cinco triunfos en 29 visitas-, pero la victoria cosechada la campaña pasada (0-1) demuestra que la racha puede continuar hoy.

Deberá ser, en todo caso, un triple muy trabajado, no sólo por las condiciones del campo -irregular y, a buen seguro, afectado por las lluvias de toda esta semana-, sino también por el sello impuesto por su entrenador, Javier Vidales.

Así lo reconocía el técnico realista, Juanma Lillo. «Es el equipo que, con el cambio de míster, más ha variado. Presionan, no te dejan iniciar el juego desde atrás y te obligan a lanzar en largo, no permiten casi circulaciones. Y cuando la pelota cae al suelo, tienen a jugadores con bastante riqueza como para aportar cosas. Antes eran más pausados, con más combinaciones, sin embargo ahora son más directos y aplican un ritmo e intensidad muy poco canarios», explicó.

Pendientes de Márquez

Eso es lo que se va a encontrar la Real sobre el anómalo césped del Insular, un grupo amarillo correoso y que no va a dar cuartel, bien diferente del otrora equipo sosegado y deseoso de sobar el esférico. Los txuri urdines tendrán que aclimatarse rápido a los cambios o acabarán sufriendo.

Deberán, además, estar muy pendientes de cómo se desenvuelva el goleador Marcos Márquez, el mayor peligro de los locales y que ya acumula la doce- na de dianas en Liga. Una faceta, la realizadora, en la que últimamente anda bastante coja la escuadra guipuzcoana, de ahí que Lillo todavía estará deshojando la margarita de si mantener a Agirretxe en punta u optar por darle la alternativa a Abreu.

El técnico tolosarra ya ha avisado de que la entrada del ex de River Plate no va a variar, en principio, la forma de jugar del equipo, pero otra cosa será lo que piense después de comprobar in situ las condiciones del césped y de cuáles sean las intenciones del rival.

De cualquier forma, la mejor noticia para Lillo es que, por primera vez en mucho tiempo, pudo disponer de todos los efectivos de la primera plantilla -se vio obligado a tomar la decisión técnica de descartar a Estrada y Dramé-, recuperando a los sancionados Gerardo y Sergio, que serán titulares. Con ambos jugadores, y especialmente con el segundo, los recursos atacantes de la Real suben muchos enteros.

Mala suerte y árbitros

Desde que arrancó el año, Las Palmas no conoce el triunfo, lo que ha frenado su progresión clasificatoria y ha añadido necesidad a sus jugadores, quienes han venido repartiendo sus lamentos entre la mala suerte y las decisiones arbitrales.

Su técnico, Javier Vidales, terció sobre este último punto, para evitar males mayores, al indicar que le preocupa que los colegiados «puedan venir con tensión a nuestro campo. Quiero que disfruten de su partido y nada más». En cuanto a la Real, el preparador astorgano avisó de que «ataca con dos puñales como Prieto y Marcos, mientras que arriba lo está haciendo muy bien Agirretxe, y además es el conjunto menos goleado».