Al noreste del macizo de Los Jorrios y sobre el valle del Agüera se eleva un pequeño conjunto kárstico muy individualizado y poco conocido. Es la Peña San José, que presenta un visible farallón continuado hacia el oeste. Como en todos los macizos calizos, la parte superior es muy abrupta a pesar de su modesta altitud, con varios picones aislados entre el lapiaz. El más alto es el Pico de la Bandera, y en torno a él planteamos la travesía de hoy.

Llaguno, encaramado a 250 m, se sitúa en el extremo norte del impresionante encinar kárstico del Biazal. Hasta él llega una estrecha carretera que parte de Agüera. Desde Llaguno, donde podemos dejar el coche junto a la ermita, hay que seguir la pista asfaltada que sube hacia el barrio más alto (Saldearriba), encaramado prácticamente en las estribaciones de la Peña San José.

A continuación, el camino se hace de tierra, bajando un poco entre eucaliptos. Justo antes de una curva que describe a la izquierda, nos fijaremos en una explanada y un sendero que sale a la derecha. Lo seguimos y nos lleva sin pérdida al collado de La Pasada (452 m. 0,30h).

También se puede llegar aquí sin abandonar la pista que traíamos hasta su final y el camino que prosigue hacia el collado, aunque es más interesante la primera opción por las vistas que ofrece. Este amplio collado de La Pasada separa la Peña San José del núcleo central del macizo de Los Jorrios. Con acierto recibe ese nombre, porque abre un paso fácil a las tierras altas de Guriezo, por una especie de corredor natural que bordea el karst por el noreste. Quizá su posición estratégica favoreció los asentamientos humanos, cuyos restos encontrados en la cercana cueva de la Cervajera se han datado en una franja que va del año 2000 al 900 a. C. En otra cueva, la de La Pasada, el Grupo Espeleológico Esparta halló en 1976 los huesos de una familia entera de oso de las cavernas.

Peña San José y Pico de la Bandera

Desde La Pasada subimos primero hasta la base del cortado, cruzando una valla. Seguimos hacia el norte, bajo los desplomes, pasando junto a la cueva Las Vacas. Este tramo, por la base de la pared, es muy espectacular. Al final se define un sendero, y dando la vuelta a la montaña, nos deja en la base de un circo (460 m. 1 h.).

En este lugar, que mira al Cantábrico, se situó la antigua ermita de San Joseph. Apenas son apreciables los arranques de sus muros, y unas tapias cercanas que hicieron las veces de coso taurino, según dicen. El lugar consta en documentos de pleitos del siglo XVII, y en el deslinde de Trucíos con Guriezo de 1704 se habla de la «Peña de ante Lornia», que parece fue su antiguo nombre, antes de tomar la advocación del santo.

Ahora nos toca ganar la parte superior del macizo. Unas marcas rojiblancas nos dirigen hasta la base del primer pico que visitaremos, el situado a la derecha mirando desde las ruinas. Llegamos a una horcada y trepamos con cuidado, sobre todo en el último tramo de lapiaz bastante afilado (558 m. 1,15 h.). Volvemos a la horcada y retrocediendo un poco, ganamos un pequeño rellano de hierba que sirve de base a los picones más altos. Estos son: la cota 574, la situada más al sur, de 572 m., y por fin, el punto culminante, llamado Pico de La Bandera (584 m. 1,35 h.), en el que recientemente la Sociedad Montañera Encartaciones ha colocado un buzón.

Regresaremos a Llaguno dando la vuelta completa al macizo, y para ello bajaremos por el norte, un lapiaz fácil. A la derecha dejamos unos curiosos monolitos calizos (Los Frailes). Desde un collado entre encinas, antes de una loma redondeada, nos dejaremos caer en dirección a Saldearriba. Evitando un argomal por la derecha, daremos con el sendero hacia la pista de vuelta a Llaguno (2,30 h.).