Cuando se cumplen 37 años de conflicto en la que está siendo la guerra en curso más larga de Asia y el Ejército de Sri Lanka mantiene su ofensiva contra la guerrilla de los Tigres para la Liberación de Tamil Ealam (LTTE), cuyos integrantes se encuentran cercados en un área de unos 200 kilómetros cuadrados de selva en el noroeste de la isla, junto a alrededor de 250.000 civiles tamiles, el Gobierno cingalés ofreció la amnistía a quienes depongan las armas.

Mientras las protestas se suceden en el extranjero y la comunidad internacional insta a negociar una salida al conflicto, el primer ministro, Ratnasiri Wickremanayake, señaló ante el Parlamento que «grupos de personas que participan en actividades terroristas en el norte están dispuestos a rendirse. Es una sabia decisión y estamos dispuestos a acogerlos».

El mismo día, el ministro cingalés de Defensa, Gotabaya Rajaoaksa, declaró que el Gobierno no va a negociar las condiciones para la rendición del LTTE, que «deberá rendirse incondicionalmente». «Antes deberán dejar las armas», recalcó. Pero los tigres tamiles ya han dicho que no abandonarán la lucha armada hasta que tengan «garantías» de que van a vivir «con libertad, dignidad y soberanía».

Rajapaksa también rechazó la idea de un alto el fuego al indicar que la guerrilla utilizó el periodo de 48 horas de alto el fuego que se declaró la semana pasada para «perpetrar ataques suicidas cerca de las líneas del frente utilizando tres camiones cargados de explosivos».

EEUU, Unión Europea, Japón y Noruega, mediadores y donantes de fondos, instaron el martes al LTTE a discutir con Colombo las condiciones para poner fin a las hostilidades. «Nada podría ser más ridículo que eso», señaló Rajapaksa, quien consideró que se trata de «una tentativa muy clara para salvar a los tigres. Sólo una rendición sin condiciones pondría término a la ofensiva», insistió.

El ministro descartó también que el Gobierno vaya a conceder una amnistía a los altos mandos del LTTE, si bien dijo que los que se encuentran en los niveles más bajos de la cadena de mando podrán salir de prisión, recibir una formación e integrarse en la sociedad.

Base naval capturada

El Ejército cingalés anunció haber capturado «la última gran base naval de los tigres tamiles en la costa oriental». Indicó que en los combates en la base de Chalai murieron 15 guerrilleros, tres de ellos comandantes.