El Grupo Lobo Euskadi critica la dejadez por preservar la especie
El lobo sigue teniendo todas las de perder en suelo vasco. Lo aseguró ayer el portavoz del Grupo Lobo Euskadi en unas jornadas sobre vertebrados amenazados, celebrada en Gernika. Detalló el estudio genético llevado a cabo en 2003-04, que reveló que su consumo preferente son otros animales silvestres, no el ganado. Pero a las diputaciones no les interesa.
Joseba VIVANCO |
Autores como Altuna o Barandiaran sintieron en sus investigaciones la profunda huella del lobo en Euskal Herria. Su presencia entre nosotros ha estado sometida desde hace décadas a fuertes vaivenes temporales, principalmente por la entrada en conflicto de su presencia con la ganadería extensiva de ovino. Hoy, se puede calcular que al menos cinco ejemplares pisan ocasionalmente suelo vasco, provenientes del vecino territorio burgalés. Pero su pervivencia está más cuestionada de nunca, tal y como puso de manifiesto Jorge Echegaray, portavoz del Grupo Lobo Euskadi, en unas jornadas organizadas en Gernika por el Colegio Oficial de Biólogos de Euskadi, sobre vertebrados amenazados.
Hace dos años, el Grupo Lobo Euskadi e investigadores de la Universidad sueca de Uppsala presentaron el primer estudio de seguimiento del lobo en el Estado español con métodos genéticos no invasivos, a través de las muestras fecales recogidas durante el bienio 2003-04. «Los resultados fueron sorprendentes, ya que se detectó un consumo preferente de especies silvestres por parte del lobo en el País Vasco y no de ganado doméstico. Los excrementos de perros asilvestrados con restos de ganado doméstico estaban en una proporción muchísimo mayor que en el caso de los lobos», recuerda Echegaray.
La opinión extendida es que el lobo es el principal responsable de los ataques que sufre el ganado, aunque este novedoso estudio lo pone en seria cuestión. «Esa atribución de daños al lobo en Euskadi ha implicado la muerte de al menos 42 lobos por la persecución humana», se queja este investigador.
¿Qué repercusión tuvo, entonces, su investigación? El representante del Grupo Lobo Euskadi se lamenta de que no han recibido ayudas institucionales para proseguir con estos análisis. «Por si fuera poco, hemos recibido obstáculos, sobre todo por parte de las diputacions forales. Bizkaia, por ejemplo, ni remite sus estadísticas de daños a pesar de habérselo solicitado de manera reiterada», denuncia.
Los propios autores del estudio ofrecieron su colaboración «gratuita» a la Diputación alavesa para colaborar con la empresa encargada de los peritajes, Consultores de Recursos Naturales SL, para dirimir si se trata de ataques de lobos o perros, a través de análisis genéticos. «Aún no hemos recibido respuesta oficial a dicho ofrecimiento tras casi dos años después de haberlo solicitado», reprocha.
Últimas muertes
El Grupo Lobo Euskadi constata que no hay interés por parte institucional para afrontar este debate. «Sabemos, de fuentes fiables, que los resultados de nuestros trabajos, que deberían servir para complementar las bases científicas de un plan de conservación y gestión del lobo, son sistemáticamente obviados por las administraciones forales, que son quienes tienen la competencia en la materia», desvela Echegaray.
Entre tanto, denuncia que en el caso de la Diputación alavesa, en uno de sus `controles' de la especie, se mató a un ejemplar el pasado verano. «Otro fue cazado de manera ilegal en Arkamo. Tenemos constancia de que hace poco murió otro ejemplar atropellado en Gorbea», detalla. «Este panorama resulta desalentador, lo cual hace que nuestra población de lobos dependa de la reproducción de grupos en Castilla y León, donde este año, además se ha aprobado la muerte de 113 ejemplares», añade.
En un estudio del Grupo Lobo llevado a cabo en el periodo 2005-07, detectó la presencia de al menos cinco lobos distintos en un área de campeo de 27.000 km2, el 65% del mismo en suelo vasco
En febrero del año pasado, la Diputación alavesa aprobó una «salomónica» orden foral para el control y gestión del lobo en su territorio, y que no satisfizo ni a ganaderos ni a ecologistas. El investigador Jorge Echegaray no duda en criticarla. «Resulta incoherente permitir medidas de control de ejemplares cuando no existe un plan de gestión que dictamine dicha cuestión con datos». Un plan que en brevé podría ser presentado en Juntas Generales por el diputado de Agricultura. «Se rumorea que en febrero o marzo», apunta. «Pero no piensan abrir un debate ni proceso participativo en el cual nos sentemos todos los implicados. Tan sólo un periodo de alegaciones y punto», cuestiona. Es más, la empresa que lo está redactando es la misma que hizo lo propio en Castilla y León. «Y allí se contempla la caza como herramienta prioritaria de gestión, sin que quede a salvo del `plomo' ni un kilómetro cuadrado», denuncia.