La Coordinadora Anti-Coke viene meses repitiendo que el Consistorio de Muskiz no puede otorgar las licencias de actividad y obras a la Unidad de Reducción de Fueloil (URF) hasta que Lakua no compruebe que Petronor ha cumplido con las medidas correctoras impuestas cuando le fueron concedidas las Autorizaciones Ambientales Integradas (AAI) diferidas a la refinería y al proyecto de la planta de coque. La plataforma ciudadana insiste en que es obligado que las AAI sean definitivas para iniciar la tramitación de los permisos municipales.

La misiva de la petrolera al Ayuntamiento solicitando, «con carácter inmediato», la concesión de los permisos es un capítulo más de la campaña desatada desde que Josu Jon Imaz llegó a la presidencia de la filial de Repsol. Los modos llevan la firma del ex presidente del PNV.

La izquierda abertzale salió ayer al paso, manifestando que el debate en esos términos es «falso». «El Ayuntamiento no puede escudarse en informes de la secretaria municipal o en que la concesión de las licencias es un acto reglado», apuntaron. Para los independentistas, el alcalde transmite una imagen «derrotista, como si no hubiera otra salida que darlas».

Aclararon que Eusko Alkartasuna, con el beneplácito de sus socios del PSE, argumenta que aguarda los informes de Costas, dependiente del Ministerio español de Medio Ambiente, para «dar el permiso, como si no tuviera otra salida». «El Ayuntamiento, si quiere de verdad, tiene razones de sobra para denegar las licencias, pues Petronor no ha cumplido ni cumple con la ley. La amenaza de que desmantelará la refinería, algo que no es cierto, es su única razón», manifestaron.

«Las competencias municipales no son sólo en materia de urbanismo, al margen de que Medio Ambiente haya concedido las autorizaciones ambientales, el Consistorio puede también vigilar por la salud de los vecinos, especialmente del barrio de San Julián, que se verán perjudicados por nuevas emisiones de la refinería, en este caso de la planta de coque», explicaron.