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Raimundo Fitero

Mentalistas

Está claro: la política, la judicatura y el periodismo españoles están repletos de mentalistas. Viendo la serie que emite La Sexta, comprendí que «El Mentalista» que da nombre a la misma es un ser bastante normal comparado con la capacidad para presentir fallos de los tribunales, considerandos, decretos leyes o argumentaciones denunciadoras de conspiraciones, movimientos de los partidos políticos en campaña electoral, respuestas de los entrevistados, previsiones del tiempo y corrimientos económicos de primera, segunda y tercera magnitud. Son bastante infalibles en el día después. En las noticias de alcance se descomponen en cuanto no corresponde lo que ellos desean con lo que sucede, y en cuanto a lo que dijeron ayer, no existe, nunca, aunque lo hayan jurado por Espinete. No se reconocen en los vídeos, ni en las grabaciones de audio. Ellos son cambiantes, cambiables.

La serie de La Sexta es bastante aseada en cuanto a su limpieza narrativa. Jugando con esa pizca de esoterismo, fe, credibilidad que debe otorgarse voluntariamente a las supuestas capacidades de algunos individuos para tener sensaciones más allá de lo razonable. Que en este caso sea un policía o colaborador policial el que protagonice las investigaciones de los casos planteados, se resuelve con bastante soltura, debido a que pese a ser su eje central, no se abusa de los visualizaciones extraordinarias, e incluso, en el capítulo del pasado jueves, era curioso ver cómo desmontaba a una mujer que le hacía la competencia con sus visiones, sus conversaciones con los muertos y sus predicciones del futuro. Cosas de los buenos guiones.

Lo cierto es que es una serie ligera, con un esquema bastante conservador, ya que no acostumbra a existir en las entregas excesiva acción, y los casos se resuelven a base de investigaciones básicas, tecnología, interrogatorios y las facultades extraordinarios del protagonista. El lenguaje narrativo se mantiene en un territorio medio, sin aspavientos, dejando que las deducciones trabajen en el espectador y haciendo del montaje una herramienta muy eficaz en cuanto logra un ritmo excelente. Es una serie entretenida y diría que buena.

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