Réseau Ferroviarie Français (RFF), la empresa pública encargada de la red ferroviaria en el Estado francés, ha reafirmado esta semana en Baiona, a través de su responsable para la región del Sud-Ouest, Christian Maudet, que habrá nueva línea para el TAV en Lapurdi. Lo ha hecho, además, tras haber reconocido que las previsiones del aumento del tráfico son «hipotéticas». Tanto es así, que ha anunciado que van a pedir nuevos estudios sobre el conjunto de la red a partir de marzo.

Sin embargo, las previsiones manejadas por RFF -que preveían un aumento del tráfico de mercancías diez veces superior para 2025- más el impulso que, según Maudet, conocerá este tipo de transporte en cuanto se materialice la oferta de la línea, hacen que RFF reitere su proyecto de nueva línea.

El mismo prefecto de los Pirineos Atlánticos, Philippe Rey, avalaba esta intención en la reunión que, junto a responsables de RFF, mantuvo el martes en Baiona con electos de las localidades que, en principio, se verán afectadas por la nueva línea de alta velocidad, y aseguraba que «el único escenario que se plantea es el de la construcción de la la línea y no el desdoblamiento o la mejora de las existentes» como lo están reivindicando colectivos de vecinos y ecologistas y otros agentes sociales, económicos y políticos, incluidos electos de diferente signo político.

«Trazo gordo»

Maudet ha perfilado el trazado que, aunque pendiente de estudios de proximidad más profundos, ofrece una idea -aunque no muy detallada- del recorrido de la nueva línea que entraría en Lapurdi por Mugerre para llegar a Biriatu atravesando Milafranga, Hiriburu, Uztaritze, Azkaine, Senpere, Ziburu y Urruña.

Este trazado está elaborado con una variante de 5 kms de ancho en el terreno, lo que significa que posteriores ajustes podrían alterar de manera muy importante el paso por las citadas localidades, lo que no ha sido del agrado de algunos electos que consideran las previsiones demasiado extensivas, con el consiguiente perjuicio que acarrea desde ya a los terrenos y viviendas incluidas en ese espacio, porque se verán automáticamente devaluadas.

Respecto a la posibilidad de una nueva estación, Maudet ha anunciado que se decidirá a finales de este año, a pesar de que el secretario de Estado de Transportes, Dominique Bussereau, confirmara su construcción hace varios meses. RFF estaría analizando la conveniencia de una nueva estación o el enlace de la nueva línea con la ya existente en Baiona.

Conexión con Mugerre

Una nueva estación, para cuya ubicación el prefecto barajó en la reunión con los electos Uztaritze o la zona de Maignon, en Baiona, supondría un gasto de entre 10 y 15 millones de euros y ocuparía una superficie total de 30 hectáreas. Sea cual fuere la alternativa elegida finalmente, RFF asegura que la línea estará conectada al centro multimodal de transporte de Mugerre.

Las informaciones proporcionadas por Maudet están lejos de satisfacer las dudas de los electos locales, que siguen solicitando más concreción.

El presidente de la mancomunidad de Lapurdi-sur, Michel Iriart, por ejemplo, no escondía su enojo al salir de la reunión: «No tomaremos ninguna decisión hasta que tengamos en mano todos los elementos y el estudio independiente que tres mancomunidades hemos solicitado», manifestó.

Además, a las dudas que persisten sobre trazado, previsiones realistas del tráfico, nueva estación y financiación, se añade la cuestión de si se podrá considerar esta línea realmente como de alta velocidad ya que los trenes más rápidos no podrán sobrepasar en su travesía labortana los 220 kms/h cuando los verdaderos TAV suelen alcanzar 320 km/h e incluso 360 km/h. Todo ello no hace más que aumentar las reticencias respecto al proyecto.