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LA PACIENCIA, LA HERRAMIENTA MÁS EFICAZ EN UNA LIGA QUE CADA VEZ CESA A MÁS MÁNAGERS

El despido de Scolari en el Chelsea, tercer técnico del que prescinde Abramovich en menos de dos años, demuestra que algo está cambiando en la Premier. Los místers ya no gozan del respaldo de antaño, pero los casos de Ferguson y Wenger enseñan que la estabilidad es clave.

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Beñat ZARRABEITIA

En Inglaterra parece haberse acabado la época en la que los entrenadores eran la figura más respetada de los clubes. Algunos se sentaban en el banquillo de un equipo durante décadas y separar su figura del equipo al que dirigían resultaba casi imposible. Los ejemplos del legendario Bill Shankly en el Liverpool, Brian Clough en el Nottingham Forest que fue bicampeón de Europa, Sir Matt Busby en el United o el más cercano de Kendall en el Everton hablan por sí mismos.

Durante los últimos años, en cambio, las tornas están cambiando. La reconversión de la Liga, el dinero aportado por la televisión y la aparición de propietarios llegados desde cualquier parte del mundo han otorgado otra dimensión al campeonato. Figuras con sueldos millonarios, mayores que los que se pagan fuera de la isla, componen las alineaciones de cualquier club, pero algunas tradiciones pierden peso y los managers son uno de los colectivos más damnificados.

El respeto hacia los técnicos ha sido un distintivo de la Premier, pero en la presente edición ya ha habido siete destituciones. Un campeón del mundo como Scolari ha sido el último caso. Antes, un doble ganador de la UEFA como Juande Ramos vio la puerta de salida del Tottenham y el polémico Roy Keane presentó su renuncia vía sms a la directiva del Sunderland. La pasada temporada, los ceses de Kevin Keegan en el Newcastle y, sobre todo, el de José Mourinho en el Chelsea convulsionaron el campeonato.

Los blues han contado con 28 entrenadores en toda su historia, pero Roman Abramovich ha decidido prescindir de tres en apenas 15 meses. Primero fue el luso, después tampoco estuvo conforme con que Avram Grant se quedase sin ganar la Champions por un desgraciado resbalón de John Terry en Moscú, y ahora no acepta que Felipao tenga a su equipo a siete puntos del United. Su enésimo capricho parece ser la contratación de Guus Hiddink. Un técnico que depende de las decisiones de Abramovich, ya que es él quien le paga un magnífico salario por dirigir a la selección rusa. Ahora, todo indica que compaginará ambos trabajos, experiencia que ya vivió cuando dirigió al mismo tiempo al PSV y a Australia.

Los hinchas, por el momento, siguen fieles a sus clubes. En el Chelsea o el Newcastle las protestas han sido evidentes en los últimos años, pero el caso más extremo lo encontramos en el histórico Wimbledon. El equipo que ganó la Copa en 1988 se trasladó hace cinco años a la nueva ciudad de Milton Keynes. Su nuevo nombre es el de MK Dons.

Los más longevos, los más exitosos

Frente a la impaciencia, Arsenal y, sobre todo, Manchester United apuestan por la receta tradicional: escrupuloso respeto al trabajo del míster. Sir Alex Ferguson llegó al banquillo de los red devils en 1986, pero tardó cuatro años en conseguir su primer título. Fue la FA Cup de 1990. Aquel éxito confirmó el buen trabajo que estaba desarrollando el escocés, ya que desde entonces el United no ha parado de engordar sus vitrinas. Ligas, Champions y Copas adornan el palmarés del vigésimo primer técnico en los 117 años de historia del Manchester United. Durante estos 23 años, su labor con jugadores como Mark Hughes, Schmeichel, Roy Keane, Giggs, Beckham, Solskjaer, Scholes, Neville, Ronaldo o Rooney ha sido espléndida.

En otoño de 1995, el Arsenal rescató a Arsène Wenger del fútbol japonés. El meticuloso entrenador alsaciano ha llevado a cabo la mayor revolución posible en un equipo de fútbol. Controvertido y quizá visionario, el galo ha sabido dotar a su escuadra de un estilo propio. Una filosofía distinta de la que el club había tenido en los 109 años anteriores a la llegada de Wenger. Una apuesta arriesgada, pero los éxitos conseguidos por los gunners bajo la dirección del alsaciano en estos 14 años superan ampliamente a la media de títulos que habían alcanzado los capitalinos antes de su aterrizaje. Hace pocos meses su trabajo fue cuestionado y la posible no clasificación del equipo a la Champions alimentará el debate en torno a la figura de Wenger. Es lógico, pero las tres exitosas reconstrucciones que ha conocido el equipo desde su llegada le deberían de dar un voto de confianza. Elemento que parecen perder la mayoría de managers.

 

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