Josebe Egia
Más de lo mismo
Torpedo constitucional contra la izquierda abertzale en el pistoletazo de salida de unas elecciones viciadas. Creo que nadie puede pensar que en la CAPV las elecciones son democráticas. Al contrario, son el ejemplo claro de la falta de división de poderes que define a las dictaduras. En este caso, para responder a los intereses espurios de los partidos en el poder. A pesar de todo, haremos valer nuestro voto, aún con la convicción de que nos va a gobernar el autonomismo y el neoliberalismo: PNV/PSE o PSE/PNV, que para eso han preparado el «pucherazo».
Donde va a gobernar la derecha pura es en Israel. Livni/Netanyahu o Netanyahu/Lieberman, y los bombardeos sobre Gaza y el acoso al pueblo palestino no cejarán. Como no lo han hecho -salvo los dos días de gracia que concedieron a Obama para no deslucir su investidura- desde la última ofensiva que movió al Gobierno a masacrar a las y los palestinos por intereses electoralistas. Las mujeres de negro -israelíes y palestinas- tendrán que seguir denunciando esta atrocidad, a pesar del riesgo de sus vidas.
También las mujeres de la CAPV tendremos que seguir peleando los años venideros por conseguir una igualdad real. No podemos seguir creyendo los cantos de sirena que nos dedican los programas electorales de los partidos que han podido presentarse a las elecciones del 1 de marzo. Todos ellos, salvo el UpyD de Rosa Díez, cuentan en sus programas con algún apartado dedicado a ese colectivo que a la hora de votar cuenta mucho: las mujeres.
Todos ponen el acento en combatir la violencia de género: El PNV propone una ley para proteger a las víctimas. ¿Para qué más leyes si ni siquiera cumple la de Igualdad vigente desde 2005? El PSE plantea crear un observatorio. ¿Para qué más órganos a cuenta del erario público? ¿No les basta Emakunde? El PP ofrece un servicio de atención a víctimas. ¿No les gustan los que hay? !Si sólo les falta presupuesto! EB insiste en elaborar un plan integral de sensibilización... ¿Les falta imaginación? ¿O lo que sospechamos es cierto? Que no quieren asumir compromisos concretos por si luego se les exige llevarlos a la práctica. También proponen facilitar la conciliación de la vida profesional y familiar -elemento clave donde los haya para conseguir la igualdad- con medidas como aumentar las plazas en guarderías. ¿Se referirán a las escuelas infantiles que ya han prometido en otras elecciones? Reducciones de jornada y permisos de paternidad. ¿Obligaran a la patronal a aceptar esto en la negociación colectiva? Y como éstas, medidas en otros ámbitos, que ya contaremos otro día.
Con la ley de Igualdad -hay que reconocer- en la anterior legislatura se ha conseguido la paridad en el Parlamento y en el Gobierno, aunque... en este último, sólo en el número de Consejeras y Consejeros, porque ni las viceconsejerías ni las direcciones llegan a la cuota. ¡Ay!, pero esa «paridad» sigue llevando como cabezas de lista de los partidos mayoritarios a hombres y, detrás ¡qué remedio!, mujeres para completar las candidaturas.