Mendizorrotza Sexta jornada consecutiva sin ganar en casa
Este Alavés está de psicólogo
La esquizofrenia que actualmente existe en todos los estamentos del club alcanzó hasta al recién llegado Javi López, que cometió el grave error de dar la titularidad a dos jugadores que no estaban en condiciones y la salvación queda ya a tres puntos más el average
Jon ORMAZABAL
Aunque el tiempo invite a darse un paseo para airearse, el de hoy puede ser el día perfecto para desempolvar la videoteca y administrarse unas buenas dosis de partidos como el de San Siro de la UEFA de 2001 o el derbi del año pasado, ya que todos los estamentos del club albiazul, empezando desde el que tiene más responsabilidad hasta el último aficionado, están necesitados de una terapia de choque o de una buena sesión de diván. Y es que, el desplome psicológico del equipo, que sumó su sexta jornada sin ganar en Mendizorrotza -cuatro derrotas y dos empates- parece no tener fin.
Algo debe de estar muy mal en el seno de la entidad cuando un entrenador, supuestamente libre de toda contaminación interna, se carga todo su efecto revulsivo al apostar en su primer once inicial por dos jugadores que el propio partido se encargó de demostrar que no están para disputar un partido tan importante como el de ayer -Fagoaga vio que el partido y Jofre le quedaban grandes y se expulsó en una acción para sonrrojarse, mientras que Cabrera tuvo que quedarse en el banquillo por una nueva lesión muscular-.
La losa anímica con la que el Alavés salta a cada terreno de juego es de tal magnitud que los jugadores albiazules siempre llegan más tarde que los rivales, sus pases nunca son precisos, las disputas siempre se las lleva el contario, el portero no despeja y la portería de enfrente se reduce hasta hacerse diminuta. En esta tesitura hasta una afición con tanta paciencia como la albiazul terminó explotando contra los futbolistas, tanto al final de la primera parte como a la conclusión del partido.
Lo mismo de siempre
A pesar de que los cambios se suceden a velocidad de vértigo en el seno de la entidad del Paseo de Cervantes, lo que no cambia es el guión de los partidos de Mendizorrotza, en los que la tensión es aún mayor y los errores tardan menos en aparecer. Ayer el mazazo llegó al minuto cuatro, justo inmediatamente después de que Bernardo se luciera en un remate a bocajarro. Sin embargo, el meta extremeño falló en la salida del córner que concedió con su parada anterior y el balón le quedó a Coke en los pies, que no tuvo más que empujarlo en el segundo palo.
Otra vez le tocó al Alavés tener que remontar, y otra vez el equipo albiazul se mostró incapaz de crear peligro en la portería contraria. Ante la falta de soluciones en una banda derecha en la que Kalderon y Cuevas recibieron un severo castigo al quedarse fuera de la lista junto a Pablo De Lucas, todo el juego se cargó en un costado izquierdo en el que casi todos los balones parecían obligados a pasar por los pies de Albacar. Una jugada a balón parado, en la que Juanjo y César no acertaron, y un remate de Javi Guerra blocado por la defensa visitante fue el bagaje de un Alavés incapaz.
Lo peor, sin embargo, fueron dos jugadas que describen a la perfección el estado actual del Alavés. En el 38, Bernardo salió a despejar de cabeza un balón largo a Aganzo y su rechace le cayó a los pies a Jofre, que la puso perfectamente desde 30 metros. Cinco minutos después, Jofre dejó en evidencia a Fagoaga en la pugna por un balón y el de Bera se cobró su frustración e impotencia en una entrada desde atrás que le costó la roja.
A pesar de jugar con diez, los cambios y la caridad de un buen Rayo plagado de ex albiazules que no quiso hacer daño, hizo que la segunda parte fuera menos dañina para un Alavés en estado crítico.
Por lo menos sinceridad no le falta al nuevo entrenador del Alavés que, pocos días después de reconocer que los contactos con el Alavés comenzaron una semana antes de su contratación, con Manix Mandiola en el cargo, ayer tuvo el valor de, sin que nadie le preguntara, reconocer que se equivocó y asumió su importante responsabilidad.
El técnico catalán no quiso entrar a valorar en qué se había equivocado, pero sí que dio a entender que no debía haber alineado de inicio a Fagoaga y Cabrera. «Al final vienes, ves y tienes que tomar unas decisiones. En definitiva, buscaba poner el mejor once inicial posible», explicó.
En cuanto a su análisis del encuentro, Javi López incidió especialmente en lo débil que encuentra actualmente al Deportivo Alavés. «En la primera parte no creo que el equipo haya estado mal, y en el arranque de la segunda parte ha habido carácter y empuje. Lo que sí es cierto es que al equipo, en cuanto hay un contratiempo, mentalmente sí que les veo que bajan la cabeza y no pueden mantener esa concentración necesaria para sacar el partido», explicó el de Barcelona.
«Lo peor es el resultado mismo, los jugadores necesitan una vitamina anímica en forma de resultado y no ha llegado, ya que eso lo da el resultado. Yo veo a la gente con gran predisposición y actitud. Acabo de llegar y creo que con el tiempo nos pondremos al día para hacer las cosas mejor», señaló.
En varios momentos el equipo dio la sensación de estar muy mermado físicamente, pero el nuevo entrenador albiazul también ligó este aspecto a la debilidad mental y a la angustia que están viviendo los jugadores.
Por otro lado, Pepe Mel fue bastante condescendiente con uno de sus ex equipos. El técnico del equipo madrileño no quiso entrar a valorar muy explícitamente la situación actual del Deportivo Alavés, pero, en la línea de lo que minutos después diría su homólogo en el banquillo albiazul, apuntó a lo mental como clave para salir adelante. «Todavía queda mucha Liga y esto es muy largo, pero si se meten en la rueda del pesimismo no van a salir. No quiero hacer leña y ojalá les salga todo bien»