KRISIAREN TXOKOA Elecciones del 1 de marzo
¿Quién da más?
En este contexto crítico, las promesas sobre creación de empleo y planes de lucha contra la crisis deberían ser contratos de obligado cumplimiento. El plan de choque de Patxi López hace las mismas aguas que el barco de La Moncloa. Y de la propuesta del PNV, tampoco hay mucho que rascar.
Alberto CASTRO
Ha empezado la subasta de promesas que nos irán desgranando los partidos que cuentan con el beneplácito del Estado para presentarse a las elecciones al Parlamento de la CAV. Desde el inicio de la campaña, todos los partidos están proclamando sus remedios para los males que nos azotan sin ningún miramiento. Pero no nos hagamos ilusiones; el 2 marzo, tal como nos ha contado el dibujante Tasio en una de sus gloriosas viñetas, todas las promesas estarán caducadas.
Este engaño masivo se- rá especialmente hiriente en Euskal Herria, donde 147.000 personas de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa estaban sin trabajo a finales de enero. En este contexto crítico, las promesas sobre creación de empleo y planes de lucha contra la crisis deberían ser contratos de obligado cumplimiento. El que no mantenga la palabra, a la calle. No será así, desgraciadamente. Mientras tanto, Javier Madrazo nos propone el reto de crear 100.000 empleos gracias a una política fiscal diferente, en la que el peso principal recaiga en las rentas altas y los impuestos de las empresas. Necesitaría 20.000 millones de euros para lograr su objetivo en cuatro años. El PP, por su parte, también se atreve con la venta de los 100.000 empleos en cuatro años, aunque en este caso el soporte para financiarlos no incluye subir los impuestos a las empresas. Prefiere echar mano de las ayudas públicas para favorecer a pymes y autónomos. Tampoco dicen nada del despido libre, aunque es bien sabido el apego de los miembros del partido de Manuel Fraga a la flexibilidad laboral. Si miramos, por otro lado, lo que nos cuenta Patxi López, candidato del PSOE-PSE, sobre el empleo, no podemos sentirnos mejor. Ya sabemos los logros de su jefe, Zapatero, en Madrid (3.327.801 parados en enero). Por tanto, su idea de base, el plan de choque contra la crisis, hace las mismas aguas que el barco de La Moncloa. Veamos: poner en marcha la mesa del diálogo social, incrementar el gasto social para que la crisis no la paguen los trabajadores y aprobar un plan económico de recursos públicos. ¿Quién compra esto? Cualquiera. Lástima que esta mercancía, sin un solo dato que la respalde, llega averiada a Euskal Herria en su viaje desde Madrid.
De la propuesta del PNV, que siempre ha estado en el poder de la Comunidad Autónoma Vasca, no hay tampoco mucho que rascar, aunque ahora se ha lanzado a apoyar a las pymes mediante una línea de acceso al crédito. Defiende, además, otras medidas para amortiguar los efectos de la crisis.
¿Quién da más?