La Comisión Europea prevé tener listas «en abril o mayo» una serie de propuestas para poner coto a los abusivos incentivos de los directivos de la banca, según declaró ayer su presidente, Jose Manuel Durao Barroso. «Es realmente un escándalo lo que está ocurriendo en algunos casos. Estamos viviendo una privatización de los beneficios y una socialización de las pérdidas. Esto no es moralmente justificable», aseveró Barroso en una entrevista publicada el vespertino alemán ``Hamburger Abendblatt''.

El presidente de la CE afirmó que ese pago de bonificaciones excesivas ha conducido a que los ejecutivos se vieran tentados a asumir riesgos indefendibles.

«Las consecuencias las estamos viendo ahora en la crisis financiera. En este punto tenemos que actuar sin perder tiempo. Los europeos tienen la oportunidad de sentar precedentes válidos para el resto del mundo», indicó.

Situó en primavera la fecha de finalización de ese trabajo, si bien avanzó que en la próxima cumbre extraordinaria del 1 de marzo «ya presentaremos un calendario».

Beneficios rápidos

«Las propuestas todavía están en proceso de elaboración, por eso sólo un detalle: no se trata de prohibir en general las bonificaciones, sino de crear un sistema que frene el afán de hacer beneficios rápidos y en el que no se castigue el fracaso», explicó.

La cuestión de las bonificaciones será también debatida durante la reunión de los jefes de Gobierno europeos del G-20, que se celebra hoy en Berlín, y a la que asisten también como invitados representantes del Estado español, la República Checa, Holanda y Luxemburgo.

La reunión tiene como objetivo una coordinación temprana de los miembros de la Unión Europea de cara a la cumbre del G-20 en Londres, en abril.

«Tomaremos medidas preparatorias para acudir a Londres unidos y con ambiciones», señaló ayer la canciller alemana y anfitriona del encuentro, Angela Merkel, en el videomensaje que difunde semanalmente en su pagina de internet.

Aseguró que todos están trabajando a presión para llevar a la práctica el plan de acción acordado durante la cumbre del G20 en Washington, en noviembre pasado.

Oficialmente, se trata de analizar el estado en que se encuentra la puesta en práctica de las decisiones tomadas durante la última reunión en Washington y se planteará la posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) informe periódicamente sobre los progresos.

Fuentes gubernamentales señalaron que Alemania procurará, además, ganar a sus socios para una declaración sobre la sostenibilidad económica que deberá allanar el camino de regreso a una política de consolidación presu- puestaria, cuando se supere la actual crisis financiera.