José Steinsleger 2009/2/18
Los niños de Palestina
LaJornada
El actual ministro del Interior del reino, Alfredo Pérez Rubalcaba, catedrático de química hace décadas, decidió convertirse en funcionario de la política. (...) Considerado uno de los pilares de la organización, es un hombre oscuro que navega en las cloacas del sistema. De él resaltan su fama de conciliador. No en vano se le asignó el papel de negociador con ETA.
Pues bien, en tanto director de las políticas de inmigración, extiende un comunicado a los aparatos de seguridad del Estado sobre objetivos y cuotas de expulsión de inmigrantes, sean legales o no. (...) Pero, ¿qué dice la circular? A la sazón, subraya la necesidad de expulsar 35 inmigrantes diariamente.
Lo anterior explica en parte el solapado aumento del racismo y la xenofobia, del cual beben el Partido Socialista, el Popular, CIU en Cataluña o el PNV en el País Vasco. Con honrosas excepciones, provenientes de la izquierda anticapitalista, es difícil medir el grado de confluencia, en materia de inmigración, cuando se trata de aplicar medidas represivas. Su máxima tiene una lógica: expulsad, cuanto más, mejor. En crisis, los inmigrantes constituyen un problema, aumentan los riesgos de conflictos sociales y elevan las tasas de desempleo.
(...) Bajo la ley de extranjería y la directiva de la vergüenza, aprobada por el Parlamento europeo, se lleva a cabo un proceso de selección que pasa desapercibido para la población en el Estado español. Los detenidos no tienen posibilidades de protestar ni de expresar el trato indigno al que son sometidos. Están en tierra de nadie. Son invisibles para los medios de comunicación social. Su estancia en el país es breve. Obligados a permanecer en estrechas habitaciones, muchas veces sin comida, agua ni aseo personal, se limitan sus movimientos y se les trata como delincuentes, con perdón de los derechos de los delincuentes. Es la manera de intimidar, de romper la dignidad. (...) El regreso es una salida al sufrimiento. Pero antes de ser expulsados por la puerta chica, deben firmar un documento que exonera a sus guardianes de malos tratos. Es la vieja táctica de las dictaduras. Si quieres recuperar tu «libertad» debes arrodillarte y dejar en claro que no hay torturas síquicas ni físicas. (...)
Desde criterios económicos, no poseer tarjeta de crédito, desconocer rutas turísticas o monumentos, la repatriación es inmediata. Por mucho que traiga consigo un billete de ida y vuelta, no hay misericordia. Se está sometido al arbitrio policial. (...)
Por consiguiente, a pesar de quienes señalen lo contrario, el reino de España se configura como un Estado donde la xenofobia y el racismo forman parte de la idiosincrasia del país. Así, la decisión del Ministro del Interior de expulsar por lo menos 35 inmigrantes cada día no encontró demasiados detractores. Más bien, el silencio y la anuencia del reino Borbón. Ahora esta directiva de los 35 pone en indefensión a los inmigrantes en las calles de las ciudades, pueblos y lugares recónditos de la geografía española. Bienvenida la caza del inmigrante.