Varias decenas de miles de personas -200.000 según los sindicatos convocantes y 100.000 para la Policía-, se manifestaron ayer en el centro de Dublín para protestar contra la gestión del Gobierno irlandés de la crisis económica. El detonante de la protesta fue la decisión del Gobierno de gravar con un impuesto las pensiones de los funcionarios públicos.

CTU, principal agrupación de sindicatos, criticó las medidas adoptadas por el Ejecutivo, porque «favorecen la estabilidad de la Hacienda pública en detrimento de la renovación económica y de la protección de los empleos».

Su secretario general, David Begg, anunció que la multitudinaria manifestación que recorrió el centro de la capital irlandesa es «el primer paso de una campaña continua de acciones»