Apoyo millonario del Gobierno francés a la fusión bancaria
El Gobierno francés inyectará entre 2.500 y 5.000 millones de euros en el que será el segundo banco del Estado francés al fusionarse Caisse d'Epargne y Banque Populaire y participará en su gestión. En el Estado español, BBVA reclamaba que se preparen más ayuda públicas al sector, mientras en Estados Unidos se dan pasos hacia nacionalizaciones.
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La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, anunció ayer que el Estado inyectará entre 2.500 y 5.000 millones de euros suplementarios en forma de préstamos subordinados convertibles en acciones a la nueva entidad que surja de la fusión entre Caisse d'Epargne y Banque Populaire, una operación que culminará esta misma semana.
La fusión dará así lugar al segundo grupo bancario francés al frente del cual podría situarse el secretario general adjunto del Elíseo, François Pérol, según la prensa económica gala. La titular de Economía no quiso comentar «rumores de mercado» pero dio a entender que su nombramiento sería una elección que respondería a criterios «de confianza y competencia».
En cuanto a la fusión propiamente dicha, recordó que se trata de una operación de la que se habla desde hace 20 años y que si se concreta ahora es porque les interesa a los dos establecimientos, que comparten el banco de inversión Natixis, cuya situación financiera »no es extraordinaria», en palabras de la propia Lagarde. «Es un matrimonio inteligente entre dos tipos de establecimientos que tienen en común la cultura mutualista», resumió.
El Estado francés, que ya inyectó hace meses 2.000 millones de euros también en forma de préstamos subordinados, participará en la gestión de la nueva entidad de manera proporcional a su participación en la misma.
BBVA pide preparar más ayuda
En el Estado español, el presidente del BBVA, Francisco González, también pidió más ayudas para la banca. González dijo que las ayudas públicas son uno de los mecanismos que habría que utilizar si alguna entidad española tuviera problemas de solvencia, lo que de momento no ha ocurrido, aunque estas ayudas de capital tendrían que ser temporales y estar condicionadas a un plan de saneamiento y reestructuración de la entidad en cuestión.
En caso de que alguna entidad tuviera problemas, el sistema financiero tendría que «estar preparado» para abordarlos de forma rápida y eficaz, y lograr que tuvieran los menores impactos negativos sobre el conjunto de las entidades, subrayó. Sin embargo, se desentendió de la demanda de que la banca agilice la concesión de créditos al asegurar que «un banco responsable no puede conceder créditos más allá de lo que la prudencia exige», ya que, en caso contrario, haría «un flaco favor» a sus clientes y comprometería su solvencia y el futuro de sus accionistas.
González añadió que instar a la banca a aumentar el crédito a familias y empresas como contraprestación por las ayudas públicas «es un enfoque erróneo» porque «financiar un mal proyecto no genera riqueza ni empleo estable».
Respaldo a los bancos en EEUU
Mientras, en Estados Unidos, el Gobierno y las agencias de regulación bancaria se comprometieron a respaldar a los bancos importantes con inyecciones de capital y abrieron la puerta a una tímida nacionalización.
Esa intervención se llevará a cabo mediante la compra de acciones preferentes -sin derecho a voto-, como en el pasado, pero la novedad es que podrán convertirse en acciones comunes.
La transformación de acciones preferentes en comunes daría al Gobierno estadounidense un control mayoritario en algunas de esas entidades. Aun así, el comunicado resalta que es preferible que los bancos sigan en manos privadas.
Las agencias reguladoras y el Departamento del Tesoro comenzarán a evaluar mañana la capacidad de cada banco importante de EEUU de sobrevivir si se agrava la crisis. Si constatan que necesitan más capital, el Gobierno inyectará liquidez mediante la compra de acciones con el dinero del fondo de rescate bancario aprobado por el Congreso el año pasado, por valor de 700.000 millones de dólares. El documento fue firmado por el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal, la Corporación Federal Aseguradora de Depósitos, la Oficina del Interventor de la Moneda y la Oficina de Supervisión del Ahorro.
A su vez, Washington negociaba la nacionalización parcial de Citigroup y decía estar abierto a medidas similares en otros bancos, al tiempo que prometió no dejar hundir a ninguna entidad que pueda amenazar al sistema financiero.
Los rumores sobre la nacionalización de Citigroup y Bank of America hicieron que sus acciones se desplomaran la semana pasada en los mercados, pero ayer repuntaron cuando el Gobierno aseguró que se trataría de un control parcial.
Aunque la Casa Blanca y el Tesoro insistieron en que prefieren que los bancos sigan en manos privadas, el mercado les está empujando por el camino contrario, ante el convencimiento de que hay bancos grandes que simplemente carecen de solvencia, dado el peso muerto de los billones de dólares de inversiones incobrables que nadie quiere comprar. Se trataría, de bancos «zombie», que estarían muertos si no fuera porque los inversores suponen que el Gobierno intervendrá.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, opinó ayer que, como consecuencia del impacto negativo de la recesión en las entidades financieras, «hoy todavía es necesaria más recapitalización sobre los bancos» y que «debe estar ligada a los activos que siguen articulando en los balances de muchas entidades financieras, algunos tóxicos y otros no», aunque dijo que no es partidario de crear los llamados «bancos malos». Por otro lado, afirmó que los países de la zona euro no necesitarán ayudas por parte de la UE y el FMI, como sí han pedido algunos de los nuevos miembros, aunque «en una crisis como la actual nadie descarta nada».
El porcentaje de pymes a las que se les ha denegado en febrero un crédito en el Estado español se ha triplicado respecto al mes anterior y ya afecta al 30% de estas empresas, según datos del Ministerio de Industria. El 88% de las que solicitó un crédito en la primera quincena del mes tuvo problemas para obtenerlo.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, alertó ayer de que en las últimas semanas han aparecido los primeros signos de una caída de los flujos de crédito y añadió que «si ese comportamiento se extiende por el sistema bancario, eso afectaría la razón de ser del sistema como conjunto». En la apertura de una conferencia del Comité de Reguladores Bursátiles Europeos, en París, Trichet precisó que una parte importante de ese retroceso del crédito se explica por una disminución de la demanda, ya que las empresas han pospuesto inversiones ante el deterioro de las perspectivas económicas. Pero añadió que hay indicaciones de que refleja también que los bancos han reducido su oferta y endurecido las condiciones de financiación.GARA