PÚBLICO.ES Jesús Maraña 2009/3/2
¿Por qué a Rajoy ya no hay quién lo mueva?
El actual presidente del Partido Popular se jugaba ayer su futuro político. Nadie, ni siquiera en su entorno más cercano, apostaba un euro por la continuidad de Mariano Rajoy si ayer se hubiera renovado la mayoría progresista en Galicia y si el PP se hubiera hundido en Euskadi. No ha ocurrido ninguna de las dos cosas. En Galicia, la madre de todas las batallas del 1 de marzo para Rajoy, la derecha ha reconquistado la Xunta de la mano de su fiel escudero Núñez Feijóo. En el País Vasco, el pronóstico de una debacle tras la dimisión de María San Gil tampoco se ha cumplido, y el PP tendrá en su mano la opción de convertir al socialista Patxi López en el primer lehendakari no nacionalista desde la restauración de la democracia.
Asediado por los escándalos de corrupción; acuchillado los martes y los jueves por Esperanza Aguirre, los lunes y miércoles por Gallardón, los viernes por el mismísimo José María Aznar y la semana completa por los medios de comunicación supuestamente afines, Rajoy se sentirá seguramente hoy el tipo más feliz del mundo. Es la primera vez que disfruta una victoria desde que Aznar le dejó su envenenada herencia. (...)
Aunque su triunfo tenga más que ver con la grave crisis económica y con los errores de sus adversarios que con su forma de hacer oposición o con sus dotes de liderazgo, el caso es que Mariano Rajoy encontró ayer los motivos que necesitaba desesperadamente para agarrarse al sillón hasta las próximas elecciones generales.