La edad límite para donar sube de los 65 a los 70 años en ipar euskal herria, pero se mantiene el veto a los gays
La ministra del Estado francés de Sanidad, Roselyne Bachelot, firmó el pasado 18 de enero un decreto por el cual aumenta la edad límite para donar sangre de los 65 a los 70 años, pero mantiene en vigor la exclusión de los homosexuales masculinos, medida que data de 1983.
Idoia ERASO
No comprendemos esta situación que no avanza» declaró el presidente de la Lesbian and Gay Pride de Biarritz, Kriss Stephany. Y es que en los últimos años muchos estados han cambiado sus leyes en lo que respecto a la donación de sangre de los homosexuales, como Portugal, aunque en el otro extremo -también geográficamente- hay países como China que niega el derecho a donar sangre a todos los homosexuales, tanto hombres como mujeres. Una directiva europea establece que las personas de alto riesgo de exposición al contagio de la sangre están contraindicadas de manera permanente, cada país lo traduce según su propia situación epideomológica. Basándose en esta directiva, el Estado francés determina que «hay un riesgo, y ese riesgo es demasiado grande», tal y como declaró la Ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot.
El ejemplo de Portugal se menciona en el Estado francés como ejemplo de adaptación a la nueva realidad sanitario-social. En el Estado lusitano la ley que impedía donar su sangre a los homosexuales cambió en 2006.
Según el Instituto Portugués de la Sangre, las pruebas de detección de la enfermedad más fiables, como los test de amplificación de los ácidos nucleícos, permitió quitar la prohibición que hasta entonces existía para los hombres homosexuales. El IPS declaró no haber sufrido ningún tipo de presión para tomar esa decisión. «La tendencia actual es de igualdad de criterio para todos, independientemente de su orientación sexual» afirmó el director del IPS José de Almeida Gonçalves.
En el Estado español y en Hego Euskal Herria no existe una restricción contra los homosexuales sino contra las conductas de riesgo. Se excluye de la donación de sangre a las personas cuya conducta sexual supone un riesgo elevado de transmitir infecciones transmisibles a través de la sangre. Esa es la petición que hacen desde la Liga de Biarritz: «Nosotros entendemos el principio de precaución y que los cuestionarios pregunten si el posible donante ha tenido relaciones de riesgo en los últimos cuatro meses. Es una pregunta que se hace en todos los países, pero que no tiene que implicar directamente a los homosexuales. La prohibición hacia los gays está evolucionando en muchos países del mundo, pero aquí todavía dicen que no es posible, a pesar de que hay una demanda urgente de sangre».
En el Estado francés un hombre homosexual que quiera donar sangre, aunque se presente con los resultados de los análisis que establezcan que no está contagiado con el VIH, la ley no le permitirá dar su sangre. La doctora Christiane Zubeldia de la sede de Biarritz del Establecimiento Francés de la Sangre declaró que «el problema es el periodo de ventana. Lo que un día vale el otro no vale, los resultados son un certificado de un día». La entrevista que en el Estado francés hace un médico al posible donante determina la posibilidad o no de donar su sangre, y se confía en la sinceridad de los candidatos. Por lo que un hombre que muestra los análisis, si declara no haber tenido relaciones de riesgo no tendría porque suponer un riesgo mayor que cualquier otro donante.
La doctora Zubeldia explica que el verdadero problema es el periodo de ventana de tres meses durante el cual no se puede detectar el virus. Afirma que si durante esa fase la enfermedad fuese detectable «entonces no habría riesgos». «La razón de la prohibición es que enfermedad prevalece entre la población homosexual, que es veinticinco veces más importante que entre los heterosexuales», añade.
La razón que da el Ministerio de Sanidad para argumentar la exclusión de los homosexuales es que «los datos epidemiológicos son incontestables: entre el 10 y el 18% de los gays está contagiados, mientras que este porcentaje es del 0,2% entre los heterosexuales», explica a este respecto la ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot.
«Nosotros estamos decepcionados al ver que la ministra se esconde detrás de cifras aproximativas y no exactas para declarar que los homosexuales son un grupo de riesgo», expresa por contra el presidente de la Liga Lesbian and Gay Pride de Biarritz. Kriss Stephany también menciona el hecho de que entre la comunidad gay la preocupación por la enfermedad es mayor que en la heterosexual, por lo que el número de homosexuales diagnosticados es proporcionalmente mayor que en el resto de la sociedad. También subraya el hecho de que ahora el mayor número de contagios se da entre las personas heterosexuales.
Homófobo
«Es cierto que la política general del Gobierno es bastante homófoba», considera el presidente de la LGP de Biarritz. En lo referente a la donación apunta que «desde las asociaciones de homosexuales tratamos de suscitar una reflexión general para que este tipo de comportamientos avancen». Pero Stephany explica también que no cuentan con llevar este tema al ámbito político o judicial: «El riesgo es demasiado grande, si nos metemos en la política o utilizamos el método legal pueden decir que somos peligrosos para la sociedad».
Por su parte la doctora Zubeldia declara que «se puede estar a favor o en contra de esta reglamentación, pero es así». En 2007 Roselyne Bachelot declaró estar en contra de la prohibición y afirmó que se trataba de una ley «discriminatoria e intolerable». También prometió que quitaría esa ley, pero en este nuevo decreto no ha habido ningún cambio respecto a lo establecido en el año 1983. Todos los años se revisan este tipo de normativas, por lo que las asociaciones a favor de los derechos de los homosexuales mantienen la esperanza.
Ante el riesgo del Sida, la única solución es la prevención. Stephany declara que se trata de una idea muy utilizada pero que representa la realidad. «Para hacer frente a la pandemia del Sida y para que este tipo de comportamientos homófobos desaparezcan lo único que podemos hacer son campañas de protección y control de riesgos».
condiciones para donar
Las condiciones para poder donar sangre son diferentes y muy diversas, algunas son obvias, pero otras sorprenden. La mayoría de estas restricciones tienen una base común en la mayoría de los países. En Euskal Herria las diferencias existentes a ambos lados del Bidasoa no son muy grandes. Excepto la prohibición para los homosexuales y la ampliación del margen de edad, no hay gran diferencia. En lo referente a las costumbres sexuales, en el Estado español todo se reduce a «conductas sexuales de riesgo», en cambio en el Estado francés también quedan excluidas las «personas promiscuas».
El decreto conflictivo apareció en el Boletín Oficial del Estado el pasado 18 de enero pero no entrará en vigor hasta el 18 de abril. En él se establece que en el Estado francés la mayoría de edad para donar pasa de 65 a 70 años. Hasta ahora los donantes que daban sangre por primera vez lo tenían que hacer antes de los 60 años y ahora se podrá hacer hasta los 65. En el Estado español la edad de donación corresponde a la del Estado francés antes del nuevo decreto. En ambos estados es obligatorio ser mayor de edad.
Una de las restricciones que más sorprenden y que está vigente en ambos estados se refiere a las personas que han vivido al menos un año en Gran Bretaña entre los años 1980 y 1996. Estas personas tienen prohibido dar su sangre por medidas de seguridad ligadas a la enfermedad de Creutzfeld-Jacob, también conocida como mal de las «vacas locas». Los viajeros que hayan ido a ciertos lugares del mundo en donde se pueden contraer enfermedades como el paludismo también quedan excluidas durante cuatro meses. La lista de estos lugares varía continuamente.
Tampoco conviene donar su sangre entre tres o diez días después de una visita al dentista, ya que los cuidados dentales muchas veces conllevan un traspaso de microbios a la sangre. También quedan limitadas las personas que se hayan puesto un piercing o se hayan hecho un tatuaje el año previo a la donación en Hego Euskal Herria y en los últimos cuatro meses en las tres provincias del norte. Esta regla también incluye a las personas que han sido operadas.
Todo el que haya recibido una donación o hay sido trasplantado queda exento de por vida. En este apartado, los dos estados muestran ciertas diferencias en lo referente al tipo de transfusiones. Una vez donada la sangre hay que esperar ocho semanas para que el cuerpo se regenere totalmente y volver a dar sangre
El Establecimiento de Sangre de Biarritz hizo un llamamiento hace pocas semanas por el que demandaba urgentemente a los ciudadanos a que se acercasen a donar sangre durante las jornadas de colecta organizadas en todo Ipar Euskal Herria y especialmente en Angelu. Antes de llegar a una situación de verdadera alarma se hizo un llamamiento a la ciudadanía.
La respuesta ha sido muy favorable, ya que se presentaron 435 donantes aceptados, casi el doble que el año pasado en estas fechas. La institución quiso señalar el hecho de que varias de las personas que decidieron donar su sangre había dejado de hacerlo hacía diez o veinte años, pero dada la necesidad actual decidieron volver a sus antiguas costumbres.
La demanda de sangre por parte de los hospitales y clínicas en el Estado francés aumenta un 4% al año desde 2007, lo que supone una gran carga para el Establecimiento Francés de la Sangre. Esto se debe al aumento de la esperanza de vida y el número de personas con enfermedades crónicas que tienen gran necesidad de derivados de la sangre. A nivel estatal además hay que constatar un descenso del número de donaciones. Se calcula que hacen falta entre 175.000 y 200.000 donantes más al año.
En Ipar Euskal Herria es la sede de Biarritz la que se encarga de gestionar las campañas, las recolectas y los recursos. La sede también abarca el sur de las Landas y algunas zonas de Bearn. Después de reunir todas las donaciones, se envían a Burdeos donde se tratan antes de ser reenviadas a Biarritz. Ipar Euskal Herria es autosuficiente en lo que se refiere a cantidad de donaciones y las necesidades del territorio. En el 2008 la sede de Biarritz extrajo 17.119 bolsas de sangre y 1.033 bolsas de plaquetas. La sede de la ciudad costera labortana reparte entre todos los hospitales y clínicas entre 35 y 70 bolsas de sangre al día, es decir unas 250 a la semana. En lo que se refiere a las plaquetas, suele rondar las 28 bolsas por semana.
A finales de enero el EFS hizo un llamamiento debido a los grandes problemas de recolecta que hubo, los factores fueron varios. Por un lado, en los últimos meses ha habido un gran número de epidemias virales que han imposibilitado las donaciones a mucha gente, y por otro lado el ciclón Klaus impidió varias de las recolectas que se hacen periódicamente con establecimientos móviles. A esto hay que añadir el hecho de que normalmente en enero suele ser una época de poca recolecta. En la sede de Biarritz se ve claramente la tendencia a una mayor demanda, pero no la bajada de donaciones que se ha hecho patente en el Estado.
En los últimos años los nuevo donantes son principalmente las mujeres y los jóvenes de entre 18 y 29 años. A pesar de que los nuevo donantes acuden constantemente, la cantidad de donaciones evoluciona poco, por lo que se deduce que muchos de los nuevos donante no acuden regularmente a donar. La mayoría de las personas que se acercan a dar su sangre, el 60%, declara hacerlo por solidaridad, aunque entre los hombres de cierta edad, entre 35 y 49 años dicen hacerlo por costumbre.
Entre las personas que no se atreven a dar el paso la razón más importante son los problemas de salud. También se menciona el miedo al pinchazo y la falta de tiempo.
80-96
Las personas que hayan vivido al menos un año en Gran Bretaña entre 1980 y 1996 quedan excluidas debido al mal de las «vacas locas».