Sin ninguna duda, los grandes damnificados de la última cita con las urnas han sido Eusko Alkartasuna y Ezker Batua, que se han visto prácticamente al borde de la desaparición del Parlamento con los resultados cosechados. Las dos formaciones han formado parte del Gobierno tripartito de Ibarretxe durante los últimos ocho años, pero mientras el PNV reafirmaba su posición electoral, EA y EB han recibido un fuerte varapalo.

Los máximos dirigentes de cada partido han afrontado de distinta manera los resultados. El presidente de EA, Unai Ziarreta, reconoció el «fracaso electoral» de su apuesta por concurrir en solitario y anunció su dimisión. Además, la Ejecutiva Nacional se reunió ayer por la tarde de urgencia para anunciar un nuevo Congreso del partido para abril.

El coordinador general de EB, Javier Madrazo, en cambio, todavía no se ha posicionado de forma clara sobre su futuro, aunque el portavoz de la Presidencia de la formación, Mikel Arana, declaró que durante esta semana la dirección del partido se reunirá para analizar las razones de la debacle.

Izquierda abertzale del futuro

Por otro lado, el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, consideró ayer que los resultados obtenidos por esta formación en las elecciones demuestran que este partido «está estructurando la izquierda abertzale del futuro».

Zabaleta compareció ante los medios de comunicación acompañado de la parlamentaria Aintzane Ezenarro y otros miembros de la dirección de Aralar, después de celebrar una reunión de la Ejecutiva para analizar los resultados electorales, que otorgaron a esta formación cuatro escaños gracias a los más de 62.000 votos recabados, más del doble que en 2005.

Desde UPyD también se mostraron encantados con el escaño obtenido por Araba. En su primera participación en unas elecciones autonómicas, el partido de Rosa Díez ha obtenido 22.000 votos.