En vísperas de la conmemoración del 8 de Marzo, representantes de ESK y STEE-EILAS protagonizaron una concentración en Bilbo bajo el lema «Emakumeok beti krisialdian. Pedimos soluciones» para evidenciar que «la crisis también afecta a las mujeres».

Portavoces de ambos sindicatos pusieron de manifiesto que parece que la crisis sólo afecta a los hombres porque las empresas con problemas pertenecen a los sectores de automoción o construcción, donde la presencia de mujeres es minoritaria, cuando el colectivo femenino también está afectado por la difícil situación económica. Lamentaron que «hoy por hoy los gobiernos sólo están preocupados y están lanzando medidas especiales para relanzar la economía o crear puestos trabajo a esos sectores. Pedimos que esas medidas también tengan un sesgo de género».

Demandaron que los fondos con dicho fin se canalicen también hacia los servicios públicos de atención a la dependencia, que especialmente están atendidos por mujeres. Tras indicar que con anterioridad «las mujeres ya estábamos en crisis con un 2% de desempleo por encima del de los hombres», subrayaron que la salida «no puede pasar por una pérdida de derechos» en materia de igualdad.

Reclamaron modelos igualitarios ante el temor de que en un escenario de aumento del desempleo se repita «el esquema de que el hombre es el proveedor, el que trae el dinero a casa, y la mujer la cuidadora»

Contra la discriminación

También representantes de LAB protagonizaron distintas movilizaciones en diferentes puntos de Euskal Herria para denunciar la discriminación que sufren las mujeres en el ámbito laboral.

Citó como ejemplo la situación que viven en la empresa Tamar de Erandio, «claro ejemplo de discriminación».

LAB explicó que, tras el cierre de la residencia La Paz, donde Tamar tenía subcontratado el servicio de cocina y comedor, la empresa «dejó en la calle a toda la plantilla femenina, recolocando sólo a los hombres en la cocina central de Tamar con argumentos como que `el trabajo es duro y sólo lo pueden hacer hombres'».

También denunciaron, entre otras cosas, la situación laboral de las empleadas de la limpieza que trabajan en la UPV y pertenecen a la empresa Eulen.