PABLO - BEGINO 20

OLAIZOLA II - MENDI. II 22

Hay momentos en los que se acaban los adjetivos para describir las sensaciones que crean, en este caso, los pelotaris de Primera. Espectacular, increíble, impresionante... Sinceramente, en esta ocasión no hay calificativo posible para describir lo acontecido ayer en el Labrit de Iruñea.

Existen oficios muy sufridos, agotadores, insoportables, e incluso inhumanos. Por citar uno de esos trabajos, ese podría ser la vida del minero. Euskal Herria no es hoy en día una tierra en donde abunden este tipo de trabajadores, pero los cuatro pelotaris de ayer se tuvieron que poner el buzo de trabajo para poder seguir vivos en el Campeonato de Parejas.

La primera parte del choque entre Berasaluze VIII-Begino y Olaizola II-Mendizabal II se podría resumir con un juego de palabras que, a su vez, forman peculiarmente una rima: «Pablo de gancho al ancho... ¡y tanto!». Y es que el vizcaino mostró un repertorio de golpes imposibles.

Ya desde el principio la pareja colorada intentó mostrar los galones. Pablo, al haber debutado el 18 de febrero de 1998 -antes que Aimar, que lo hizo a principios de abril de ese mismo año-, se vistió la camiseta de color más vivo, pero la blusa se le quedó grande en la segunda parte del choque.

El de Berriz estuvo bien acompañado por Begino, que a partir del 3-3 en el marcador -tras haber cometido dos errores calcados-, comenzó a romper la pelota. No obstante, al de Auza se le sigue atragantando la zurda y la constancia en el peloteo.

A los colorados todo les iba rodado, pero optaron por cambiar de estrategia. Visto lo de la semana pasada, cuando Irujo y Goñi III cargaron todo el juego en Mendizabal II, el vizcaino y el navarro intentaron lo mismo. No acertaron, por lo que, intentando dar un golpe de efecto, Aritz entró a vestuarios. El encuentro estaba igualado a 12.

Hasta ahora no se ha hablado sobre los azules. Tranquilidad. Tras una primera parte llena de tantos preciosos, la segunda pasó a ser dominada por los vencedores. No por sus prestaciones atacantes -que también las hubo-, sino por su magnífica defensa. Las embestidas de los colorados eran respondidas por un impresionante Oier en los puestos de atrás, y por un Aimar menos activo que otras veces, pero que siempre está en el lugar adecuado para culminar los tantos.

Momento clave

El 14-15 dejó una huella muy difícil de borrar en la cancha. Fue el tanto más duro y más largo de la tarde, con 79 pelotazos a buena y en el que Begino terminó muy cansado. Los azules iban poniendo tierra de por medio y cargando el juego atrás. Además, incomprensiblemente, Pablo se mostraba más tímido o asustadizo para entrar al aire.

Al final, el duro trabajo realizado tuvo un premio importantísimo para unos, pero no tanto para otros. Tras la paliza del Labrit, Olaizola II y Mendizabal II siguen vivos y con opciones más claras de poder disputar la final, en donde querrán obtener de nuevo la txapela. Berasaluze VIII y Begino, por su parte, tras un espléndido campeonato, tienen prácticamente pie y medio fuera de la final.