El roscón de reyes
Antonio
ALVAREZ-SOLIS
Periodista
He de reconocer que mi riego cerebral ha de ser ya deficiente. No entiendo muchas cosas que me dicen. Me doy cuenta de su literalidad, pero no alcanzo su sentido. Hay líderes que unifican literalidad y sentido, pero evidentemente no son socialistas. Estos días el Sr. López dice cosas que me interesan, mas no se qué contienen realmente. Su sentido es lo mismo que la sorpresa que se esconde en el roscón de reyes. Cuando uno lee sus discursos y declaraciones, teme que el contenido aparezca de súbito y le parta un diente. Por ejemplo, su afirmación de que acabará con el frentismo. ¿Se trata del frentismo que atribuyen al Sr. Ibarretxe durante los pasados diez años o al de Madrid con Euskal Herria, que dura ya más de cien en la época contemporánea? Es más, yo no veo que el Sr. Ibarretxe, al que corona el aura del martirio, haga frentismo al insistir en la libertad para su pueblo, ya que se trata de la libertad de los vascos en su propio suelo. Por el contrario el de los socialistas teledirigidos por Madrid tiene la agravante de ser un frentismo de importación.
Otra cuestión. El Sr. López habla de que hay que acabar con diez años de nacionalismo en Lakua. Soy terminante opuesto a que se limite la duración de un primer ministro si el pueblo decide seguir votándole. Prueba de que la democracia actual es un puro abrillantador del cabello político es que trata de repartir el poder midiendo el tiempo y obviando los votos. Ello es fruto de la llamada restauración, en que conservadores y liberales decidieron eso que ahora se llama la alternancia, que a mi me suena a cabaret. El Sr. López dice también que en su posible gobierno habrá sensibilidades nacionalistas. ¿En qué consiste una sensibilidad nacionalista? Quizá se trate de un detalle español. Yo creo que esto del nacionalismo es mejor que lo hagan los propietarios del original.