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Un partido clave para el futuro ascenso de la Real

Joseba ITURRIA

Las mínimas opciones de ascender esta temporada de la Real pasan por ganar hoy, pero también esta tarde y en los siguientes partidos de Anoeta están en juego las bases para poder hacerlo la siguiente. La unidad entre la afición y el equipo es la única base sobre la que va a poder subir la Real. El Athletic nos ha dado a los guipuzcoanos el miércoles una lección de lo que se puede conseguir cuando hay esa unidad y cuando se cree en una filosofía y en unos jugadores que han vivido situaciones críticas. De los catorce que jugaron el miércoles con el Athletic, ocho vivieron dos años antes el peor momento de club cuando se jugaron la permanencia en la última jornada con el Levante. Algunos entonces en Bilbo dudaban de la filosofía del Athletic. Ahora todos están orgullosos de ella. No dieron la baja a ningún jugador importante. Urzaiz no renovó y se fue al Ajax, y se gastaron diez millones en Iraizoz y David López; ficharon a Aitor Ocio libre y la clave estuvo en la llegada de un entrenador que encajaba a la perfección en lo que siempre ha caracterizado a un club vasco. La confianza en jugadores jóvenes y agresivos que pueden jugar a un ritmo alto con el hambre de fútbol que se tiene cuando se llega desde la Segunda B como Koikili, Jon Vélez, Tokero, Susaeta o Balentziaga. El único titular del que prescindió en la plantilla Caparrós fue Sarriegi. Los demás han sido relegados por los que han llegado.

En la Real han desaparecido en los últimos años casi todos los jugadores básicos en la temporada del descenso. Sólo nueve jugadores sobreviven de la primera plantilla de aquel año en una inercia destructiva para este club que provoca que se haya prescindido de jugadores como Joseba Llorente, Gabilondo, Barkero, Brit, Tokero, Riesgo y Alberto que después han jugado en Primera en otros equipos. El año pasado causaron baja tres titulares como Garitano, Gari y Delibasic y un cuarto hombre como Larrea. Y han sido sustituidos por jugadores que juegan en la Real menos que ellos en sus equipos, tres de ellos situados por encima de los de Lillo.

Si la Real tiene unidad, confía en una filosofía y en un grupo de jugadores el ascenso llegará más antes que después. Pero para ello hay que hacer un bloque y mantener a los jugadores básicos. Dar bajas es fácil, pero fichar jugadores mejores es muy difícil. Por eso en los momentos difíciles no se puede discutir todo. Y para eso es importante la unidad entre equipo y afición y que desde esta tarde se obtengan buenos resultados para que la gente confíe en sus jugadores.

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