Después de que esta semana el Cómite Antiviolencia, en una decisión sin precedentes, haya dado a conocer la propuesta de sancionar con 9.000 euros de multa y dos años de prohibición para acceder a un recinto deportivo a 57 aficionados que se desplazaron a Santander el pasado domingo en uno de los autobuses fletados por la peña Indar Gorri, miembros de este grupo rojillo comparecieron ayer en rueda de prensa para negar de manera rotunda las acusaciones que se vierten sobre ellos.

La comisión dependiente del Ministerio español de Interior alega que durante el transcurso del partido que enfrentó al Club Atlético Osasuna y el Racing de Santander, los hinchas «corearon consignas de apoyo a ETA», así como que a la conclusión del encuentro provocaron desperfectos en varios vehículos. Los imputados negaron ser los causantes de los destrozos ni haber mencionado a ETA en ningún momento, matizando que se limitaron a entonar los habitules cánticos de apoyo a los presos políticos vascos y en favor de la independencia.

Asimismo, denunciaron la multitud de golpes y porrazos que recibieron por parte de los agentes de la Policía española, algo que recordaron, «viene siendo habitual año tras año en nuestro desplazamiento a Santander».

En ese sentido, los aficionados rojillos quisieron hacer hincapié en que esta decisión del Comité Antiviolencia se trata «de un ataque contra todo el osasunismo», ya que entienden que «Osasuna no es sólo una directiva y unos jugadores que cambian periódicamente, sino un sentimiento arraigado en miles de personas».

Además, criticaron el intento de «desestabilizar y descentrar» el entorno del club en unas fechas de vital transcendencia para la escuadra rojilla.

Apoyo de los jugadores

Por ello, los Indar Gorri pidieron el respaldo de todo el osasunismo e hicieron saber que el club les ha puesto un abogado a su servicio así como que los jugadores rojillos les han expresado su apoyo incondicional.

Criticaron a la Federación de Peñas por no haberles cedido el local para la rueda de prensa.