DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
En lucha frente a «un sistema que nunca ha sido justo»
Una gran ola en favor de la igualdad recorrió ayer Euskal Herria en la celebración del Día Internacional de la Mujer. La indefensión frente a la crisis económica y el derecho al aborto fueron las principales reivindicaciones en esta jornada en la que, de nuevo, se demostró que la originalidad de la movilización no está reñida con la contundencia de la denuncia.
A.VELEZ DE MENDIZABAL-M. EIZMENDI | IRUÑEA
Miles y miles de personas tomaron ayer las calles para exigir la igualdad entre mujeres y hombres y el reconocimiento de los derechos de éstas.
En Iruñea, fue minutos antes de las doce del mediodía cuando la gente comenzó a arremolinarse en torno al quiosco de la Plaza del Castillo. Había ciudadanas y ciudadanos de todas las edades y condiciones. Y es que, tras los tristes incidentes del pasado año, más de uno quería resarcirse y gritar a los cuatro vientos libremente su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres.
La reivindicación principal giró en torno al derecho a poder abortar de manera libre, sin que esa decisión quede en manos de terceras personas. Un derecho que, si todavía está restringido en el conjunto de Euskal Herria, en Nafarroa queda completamente anulado, ya que, disfrazándolo con el velo de la objeción de conciencia de algunos médicos, el Ejecutivo de Miguel Sanz impide que se realicen interrupciones voluntarias de embarazo en las clínicas navarras.
«Mi cuerpo es mío, mi vida la decido yo. Abortatzea ez da delitu», fueron los lemas que recogía la pancarta de cabeza. Detrás, cerca de tres mil personas que quisieron tomar las calles para exigir la despenalización del aborto en un momento en el que el Gobierno español parece querer mover ficha para cambiar la legislación.
La movilización, que tuvo un carácter festivo a la par que reivindicativo y en la que no faltaron las pelucas, los disfraces ni la batucada, reunió a multitud de colectivos populares del herrialde, como Bilgune Feminista o Por los Buenos Tratos.
Tras recorrer las principales arterias de la capital navarra, la manifestación volvió al punto de partida, a la Plaza del Castillo, desde cuyo quiosco la portavoz de la Comisión del 8 de Marzo, Maite Larrea, leyó un comunicado. Comenzó su alocución recordando los sucesos del pasado año, cuando la Delegación del Gobierno español prohibió la movilización del 8 de Marzo alegando que coincidía con la jornada de reflexión, tras lo que la Policía cargó contra la muchedumbre. «Fuimos identificadas y agredidas brutal e indiscriminadamente, y más tarde llegaron 15 multas, que suman un total de 4.800 euros», denunció.
Volviendo a los temas que centraban la convocatoria de este año, Larrea advirtió que «abortar sigue siendo un delito», y puso el ejemplo de una vecina de Iruñea que hace unas semanas ha sido juzgada por abortar y para la que se piden ocho meses de prisión. Además, denunció que en 2007 unas 700 navarras tuvieron que ir a abortar a clínicas privadas fuera del herrialde «debido a los intereses de UPN, la Iglesia y el Opus Dei».
En Donostia, otra nutrida manifestación recorrió las calles del centro. Pese a lo reivindicativo de la marcha, el ambiente festivo estuvo presente de principio a fin y no faltaron ni la batucada ni los bailes a los que se sumaban los manifestantes. Durante todo el recorrido no cesaron de gritar consignas como: «Gora emakumeen borroka!», «Erasorik ez erantzunik gabe!» o «¡Sacad vuestro rosario de nuestros ovarios!».
Al término de la movilización, la Coordinadora Feminista dio lectura a un comunicado en el que subrayaron el carácter machista, jerárquico y competitivo del sistema capitalista, «que establece un reparto de los recursos basado en la violencia y en la injusticia».
Tras incidir en que «este sistema no ha sido justo nunca», criticaron que el actual modelo económico y social está basado en la división sexual del trabajo: «Las mujeres que acceden al mercado laboral tienen que encargarse de todos los trabajos de casa: la comida, los niños, el cuidado de enfermos y mayores... La reducción de jornada nos va al pelo: otra vez más pobres y con más trabajo».
Exigieron derechos sociales, políticos, laborales y también el derecho decidir sobre su propio cuerpo. «Todavía, hoy y aquí, abortar es ilegal; todavía hoy existe la violencia contra las mujeres». Hicieron un claro llamamiento a la mujeres para que se organicen y participen de la lucha feminista en contra de este sistema machista y capitalista: «No debemos creernos los discursos que nos oprimen, no debemos ceder los derechos que tanto nos costó conseguir. ¡Sigamos revolucionando el mundo!».
En Bilbo, centenares y centenares de personas recorrieron las calles de la capital en defensa del derecho al aborto «sin injerencias ni imposiciones». Y es que, tal y como subrayaron en el comunicado final, «el aborto se fundamenta en el respeto a la autonomía y capacidad de las mujeres para tomar sus propias decisiones», por lo que se rechaza «cualquier tipo de tutelaje y procesos de verificación moral» como «hacen las instituciones, que utilizan la regulación del aborto como forma de control de las mujeres». También acusaron a «los sectores más reaccionarios de las religiones y a la derecha» de empeñarse «en identificar aborto con trauma» cuando «la gran mayoría de las mujeres declaran sentirse aliviadas tras haber interrumpido un embarazo no deseado».
Al igual que en Bilbo, la reivindicación del derecho al aborto libre y gratuito centró la protesta de Gasteiz, que culminó con una vistosa parodia.
En Hazparne, por su parte, optaron por aprovechar la jornada para reflexionar acerca de las consecuencia de la actual crisis en las mujeres en el marco de una comida-debate.