López quiere conformar rápidamente un gobierno que tiene ya perfilado
Patxi López parece decidido a ser el próximo inquilino de Ajuria Enea, y anuncia, en varias entrevistas publicadas ayer, que las negociaciones se llevarán a cabo con rapidez y que tiene «casi perfilado» su posible gobierno. Por su parte, el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, reitera en los mismos diarios que el partido jeltzale todavía no ha renunciado a Lehendakaritza por haber sido «el más votado».
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El candidato del PSE a lehendakari, Patxi López, da por hecho que será investido como lehendakari y anuncia rapidez para constituir el nuevo Ejecutivo de Lakua, que «está casi perfilado» y que, según anuncia, «será fundamentalmente de socialistas y con independientes». Mientras, el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, reitera «un ofrecimiento particular al PSE de estabilidad» para materializar un gobierno compartido entre ambos partidos.
De forma muy poco habitual, hasta tres rotativos publicaron ayer sendas entrevistas con Patxi López e Iñigo Urkullu. Como curioso resulta que, aunque ambos dirigen sus formaciones -si bien el PSE es una federación del PSOE-, el primero de ellos es candidato a lehendakari y el segundo no. Esas entrevistas se podían leer en las páginas de «El País», «El Correo Español» y «El Diario Vasco», mientras que «El Mundo» ofrecía un perfil más que favorable hacia el político de Portugalete, aunque para ello tuviese que mentir, como cuando dice que, en esta campaña, Patxi López «salió airoso» de un «debate en lengua vasca entre los candidatos».
Irrenunciable para ambos
Mientras que el PNV sigue tendiendo la mano al PSE para conformar un ejecutivo «estable», López asume sin tapujos su determinación para alcanzar Ajuria Enea, además de insistir en su interés de formar un gobierno que tiene ya «casi perfilado», con ayuda de «independientes», sin que se dilate en el tiempo el proceso de negociaciones con el resto de partidos.
«No entra en nuestros planes», afirma López al ser preguntado varias veces por la «vocación del PP» para entrar en el nuevo gobierno de Gasteiz. A lo que Urkullu replica que, entonces, «PSOE y PP pacten en España», refiriéndose así al posible cambio del apoyo jeltzale al Gobierno de Zapatero en el Congreso español en caso de que el PSE se haga con Ajuria Enea; algo que, a su juicio, sería «un golpe institucional», mientras que para el candidato del PSE es lo irrenunciable.
En lo que están de acuerdo tanto López como Urkullu es en otorgar total «legitimidad» a la composición del nuevo hemiciclo de Gasteiz. El representante jeltzale añade la coletilla de que la aplicación de la Ley de Partidos responde a un «cálculo electoralista» de Madrid, justificando así el complicado panorama institucional como respuesta al «apartheid» impuesto.
Una mención especial merece el apartado de la oferta realizada por el PNV al PSE en la ronda de contactos emprendida por los jeltzales para intentar liderar el nuevo Gobierno de Lakua. Pese a que en las preguntas realizadas a López subrayan que el PNV ofreció una propuesta «calcada» al discurso del PSE sobre «la transversalidad» y «el listón ético», y que a pesar de ello la representación del PSE rechazó de plano la propuesta jeltzale, Urkullu se justifica indicando que el PNV lleva desarrollando esos postulados durante años. Sin embargo, López lo ve de otra manera: «Tomar lo que llevamos diciendo años y ponerlo en un papel lo hace absolutamente no creíble. ¿Por qué no lo hicieron antes? Llevan diez años en lo contrario».
López afirma que no se hipotecará con el PP pese a recibir sus votos para la investidura como lehendakari y, además, prevé incluir a «independientes» en el futuro gabinete.
Iñigo Urkullu no esconde su deseo de pactar con el PSE, aunque matiza que no renunciarán a Ajuria Enea ni a conformar el nuevo Ejecutivo de Lakua, por ser la fuerza política «más votada».
Preguntado por si en el caso de que Juan José Ibarretxe retirara su candidatura en aras a un pacto con el PSE él también retiraría la suya, Patxi López se muestra tajante: «En absoluto, seguiré adelante aunque Ibarretxe no sea candidato». «Y estaría bien que cuando el PNV reconozca que no va a tener esos votos -los 38 que necesita-apoyase la candidatura de otro partido. Nosotros lo hicimos con Txiki Benegas en 1986», subraya el candidato de Portugalete, recordando que retiraron su candidatura en pro del jeltzale José Antonio Ardanza.
Sin embargo, Iñigo Urkullu hace una lectura muy distinta sobre lo ocurrido en 1986. El político de Alonsotegi destaca que la diferencia es «sustancial», ya que «el PNV ganó en votos. Igual que ahora, donde además ha ganado por cinco escaños. Segunda diferencia: en el 86, el PSE estuvo negociando con EA y EE cien días y no consiguió el apoyo de ninguno de los dos. ¿Por qué decidió después dar sus votos a Ardanza? No porque fuera generoso, sino porque no fueron capaces de hacer un gobierno». Y para dejar clara su negativa a hacer algo similar ahora, Urkullu considera que «sería una anomalía democrática».