La disputa ha sido cerrada, pero al final se ha impuesto monseñor, no tanto por su reflexión, porque hay otras más gloriosas entre los finalistas, sino por su cargo, que Su Eminencia es Arzobispo de París, representante de una institución privada que sin embargo gusta de dar lecciones de moral más allá de su parroquia.

Cada año, con ocasión del Día de la Mujer, la asociación feminista Chiennes de Garde (perras guardianas) concede el premio «Macho del año» que ha recaído esta vez en el Cardenal André Vingt-Trois. Monseñor 23, como le escriben en París, se impuso a protagonistas de asertos tan alucinantes como el de «¡Vaya Puta! Me ha jodido bien!», lanzado por Thierry Ardisson, un impresentable presentador de Canal+, mientras fingía sorpresa al mostrar en su programa unas polémicas fotografías de Miss France 2008 al desnudo.

Y qué supera a esta frase? Esta otra, vertida por los altavoces de Radio Notre-Dame a propósito de la participación de las mujeres en las liturgias: «Lo más difícil es tener mujeres que estén formadas. No basta con usar falda, hay que tener algo en la cabeza».

Acosado incluso por sus fieles, Monseñor 23 pidió rápidamente disculpas, aunque ello no le ha evitado ser coronado con un título testicular. Al saberse laureado, se ha excusado de nuevo, sólo que sus excusas no ocultan el hecho de que la mujer sigue siendo una persona de segunda categoría en el seno de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, indigna al parecer de ejercer como sacerdote. Será que la mujer es incapaz de perdonar los pecados. Será eso. Como esas perras guardianas impías... qué poca compasión han tenido con Vuestra Eminencia, ¿eh 23?