Los Campeonatos de Europa en pista cubierta se clausuraron en Turín con el esperado triunfo de Rusia en el medallero y el inesperado registro del nuevo campeón indoor de longitud. Sebastian Bayer batió el récord de Europa en su último intento causando asombro. Con un vuelo de 8,71 metros desbancó el asturiano Yago Lamela que conservaba intacto el registro de 8,56 desde el Mundial indoor de Maebashi, justo hace 10 años.

Este alemán de 22 años, de profesión soldado, al que se le atragantó la calificación de los Juegos Olímpicos de Beijing y del Europeo 2006, llegó con un mejor registro personal de 8,17 metros en pista cubierta y se va con la segunda mejor marca de la historia bajo techo por detrás de la plusmarca mundial que el legendario Carl Lewis consiguió en 1.984 (8,79).

En cabeza del concurso por sus 8,29, que coronaban el subcampeón junior continental en 2005 como el campeón europeo indor, mientras el relevo italiano celebraba alborozado su victoria en la última carrera del programa, Bayern cerraba el certamen en el Oval Lingotto con un vuelo imponente para aterrizar a ocho centímetros del mismísimo Lewis.

Bayer, que acredita 8,15 al aire libre, fue capaz de mejorar 54 centímetros. «Pensaba alcanzar los 8,40 metros pero nunca esta distancia», manifestó incrédulo tras la hazaña. Subido en hombros de su compatriota Nils Winter, plata con 8,22, el tandem germano celebraba el doblete y sobre todo la marca.

A vueltas con Chambers

Dwain Chambers, el otro atleta que saldrá de Turín como recordman europeo, no pudo mejorar en la final de 60 sus espectaculares 6,42 de la víspera. Ganó, sin embargo, con 6,46 pese al revuelo causado por la noticia de que la IAAF estudia la posibilidad de suspender al velocista por no haber devuelto el dinero acumulado en premios durante el período deportivo en el que se dopaba, como establece la Federación Internacional.

El sprinter londinense, cuya autobiografía «Mi carrera contra mí» en la que cuenta su experiencia con el dopaje verá la luz esta semana, no se cortó ante las críticas y las sospechas que sigue levantando para asegurar: «Ahora soy más veloz sin drogas». Ayer sacó diez centésimas a los italianos Cerutti y Di Gregorio, ambos con 6.56, que le acompañaron en el podio.

Chambers fue uno de los oros de la vieja guardia, al igual que Borzakovsky, campeón olímpico en Atenas'2004 y ansioso por recuperar un lugar de privilegio en el 800 aunque sea en un certamen menor. También el veterano portugués Rui Silva controló el 1.500 sin problemas, mientras de nuevo falló la croata Blanka Vlasic.

Otra decepción de altura

Tras la decepción olímpica cosechada en Beijing, cuando nadie parecía poder disputarle su hegemonía como reina de las alturas y Tia Hellebaut le arrebató el oro, cosechó otro chasco. Vlasic aterrizó en la sede italiana empatada a 2,05 metros con la alemana Ariane Friedrich en la mini temporada indoor. El título se lo llevó la germana porque a la croata, una mujer que se mueve con normalidad por encima de los dos metros, se le atragantó el 1,96 y terminó quinta con 1,92. La campeona olímpica Hellebaut, retirada y embarazada, se dedicaba a colgar medallas en la ceremonia del podio.

Un cajón con abundancia de visitas rusas. Su hegemonía en el medallero fue evidente al obtener 18 medallas, 10 de ellas de oro, 4 platas y 4 bronces. Las mujeres dominaron la velocidad y el medio fondo, ganando todas las carreras excepto el 3.000 y en los concursos se apuntaron los títulos en pértiga, triple y pentatlón. Alemania fue segunda con 10 preseas, 3 doradas, mientras los anfitriones italianos compartieron el tercer puesto con el equipo francés.