La obra de Zinn aporta material suficiente para conocer a la mujer comprometida, libertaria, a sus compañeros, a la época, e incluso se puede calificar de didáctica en cuanto a las referencias políticas, a las explicaciones sobre el marxismo, el comunismo, el anarquismo. Su mensaje es utópico, esperanzador, refuerza la idea de que hay que seguir combatiendo, que algunas de aquellas propuestas de lucha son aplicables hoy en día.

La estructura dramática no se ha resuelto en la puesta en escena. El espacio escénico es atractivo, pero se reiteran los movimientos, las entradas y salidas de objetos, los oscuros, la proyección de fotos ilustrativas de la época que condiciona de manera clara la iluminación. Toni Acota le da cercanía a su Emma, pero de manera muy plana. Hay entrega, pero falta fuerza. El resto del reparto cumple con eficacia dentro de sus desigualdades y es Aitor Mazo quien brilla en sus apariciones por encima del resto. Seguro que se ajustarán los movimientos, se acortará la duración y se perderán nervios. La obra merece levantar el vuelo.