Cuenta Ibarretxe que su hija, la noche de las elecciones, le dijo: «Aita, qué bonito, después de diez años la gente te quiere». Es un tipo con suerte. Otros políticos de este país pasaron esa noche entre rejas, como tantas otras noches, sin poder hablar con sus hijas. Y sin embargo, lo llevan bastante mejor que el candidato a lehendakari de las Vascongadas por el PNV, que es incapaz de asumir la situación que él mismo ha contribuido a crear.

Hay gente que quiere a Ibarretxe y hay gente que no, pero los españolistas han hecho trampa y tienen la sartén por el mango. Gracias a la Ley de Partidos hay mayoría nacionalista española en el Parlamento de Gasteiz y Patxi López, con el apoyo del PP, puede mandar a Ibarretxe a su casa. Si se aceptan las reglas del juego, y el PNV las acepta, esto es lo que hay. López tiene a día de hoy más votos que Ibarretxe. Los españolistas, lo acabo de decir, han jugado sucio, pero tan sucio como en las elecciones de los últimos años, cuyos resultados el Partido Nacionalista Vasco en ningún caso ha cuestionado. Así que mientras el PNV no decida decir basta seguirá enredado en el escenario que él mismo ha querido construir. Cuando lo gestiona y cuando no.

Pero Ibarretxe sigue sin hacer la digestión, saca pecho y pretende que el PSOE renuncie a su ventaja para mantenerlo como lehendakari. Se hace el indignado, como si él no tuviera nada que ver con este desaguisado, como si acabara de llegar al mundo real desde alguna lejana galaxia. Y se embarra en sus propias contradicciones haciéndonos creer que el PSOE es el mal, para a la vez proponer pactar con el PSOE, esto es, con el mal.

Es lo que hay, Ibarretxe. La autocrítica no es una virtud muy frecuente en nuestro país, ciertamente, pero poner en marcha el ventilador y culpar a todo el mundo para encubrir las propias responsabilidades es echarle mucha cara. Y eso es precisamente lo que han hecho los jeltzales, lanzando a la opinión pública su particular idea de una conspiración general contra ellos. Para usar sus propias palabras, pinza. Pinza entre PP, PSOE e izquierda abertzale para sacar a Ibarretxe de la Lehendakaritza. Así que hay gente que se ha metido en la cárcel a sí misma y se ha quedado sin representación en la cámara de Gasteiz sólo por «joder» al PNV. ¿Estarían también los servicios secretos de Marruecos en el ajo, como en la «conspiración» del 11-M?

Ibarretxe, ajeno al desaliento, sigue en sus trece. Él va a seguir liderando el país tanto si renueva su cargo como si no lo logra. ¡Más vale! Esto, visto desde Tafalla, la verdad, mueve a pura risa. ¿Liderar qué? ¿Qué lidera exactamente Ibarretxe en Nafarroa o Ipar Euskal Herria? Es más, ¿qué ha liderado en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia? Si él era el pastor, ¿dónde ha metido el rebaño? ¿Cómo lo ha puesto en manos del lobo-López?

Me gustaría saber exactamente qué cree liderar Ibarretxe. Qué cree que va a seguir liderando. Y estaría bien escuchar alguna reflexión menos arrogante, algún reconocimiento de su responsabilidad en esta situación. Estaría bien escuchar algo que nos hiciera pensar que no sólo le preocupa perder su poltrona.