Medvedev ordena un rearme «a gran escala» de Rusia a partir de 2011
En plena dialéctica con Washington en torno a un deshielo bilateral, el inquilino del Kremlin, Dimitri Medvedev, mueve ficha al anunciar un rearme «a gran escala» del Ejército ruso a partir de 2011. Al margen de tácticas más o menos ubicables en escenarios de negociación como el que se abre con la llegada de Barack Obama, o de la oportunidad del anuncio en plena crisis global, de lo que no hay duda es de la urgente necesidad de modernización del Ejército ruso.GARA |
El inquilino del Kremlin, Dimitri Medvedev, ordenó ayer un rearme «a gran escala» de Rusia a partir de 2011 con la vista puesta principalmente en las ambiciones expansivas de la OTAN hacia sus fronteras.
«El análisis de la situación político-militar en el mundo muestra que sigue habiendo un potencial de conflictos serios en varias regiones, alimentado por crisis locales y por las tentativas incesantes de la OTAN de instalar su infraestructura militar cerca de Rusia», señaló Medvedev en el transcurso de una reunión con altos representantes del Ministerio de Defensa.
«Nuestro principal desafío es aumentar la capacidad de combate de nuestras fuerzas, sobre todo de nuestras fuerzas estratégicas nucleares» para que sean «capaces de garantizar la seguridad de Rusia», añadió.
Guerra de Georgia
Evocando la corta guerra contra Georgia el verano pasado, el presidente ruso estimó que el Ejército «reaccionó bien», pero insistió en que el conflicto »evidenció nuestras debilidades».
«Los problemas ligados al suministro de algunas categorías de armamento o los relativos a la cobertura de los medios de comunicación son bien conocidos y precisan una reacción inmediata», añadió.
El Gobierno georgiano lanzó a principios de agosto una ofensiva para retomar el control del territorio de Osetia del Sur, a lo que Moscú replicó con un contraataque tildado de «desproporcionado» por medios de comunicación occidentales.
El jefe de Estado ruso no ofreció precisión alguna sobre el rearme o su financiación en un momento en el que Rusia está afectada de lleno, como tantos otros países, por la crisis global.
Sí quiso Medvedev lanzar el mensaje a los militares de «comprendo nuestros problemas». Y es que, como recuerda el experto Fiodor Lukianov, el estamento militar se opone a una reforma del Ejército ruso que se traducirá posiblemente en una disminución de efectivos. Lukianov, redactor jefe de la revista «Rusia en la Política Mundial», insiste en negar que tras el anuncio del inquilino del Kremlin haya intención ofensiva alguna contra la OTAN como pudo haberla en la Guerra Fría. «Se trata más de la necesidad de Rusia de modernizar su Ejército para hacerlo más compacto y más eficaz». Ello no impide que Rusia albergue una gran desconfianza hacia la OTAN, «ya que las tres grandes guerras de los últimos diez años -Yugoslavia, Afganistán e Irak- han sido iniciados por países aliados».
Por contra, otro experto, Alexandre Golts, opina que «todas las especulaciones sobre la ampliación de la OTAN no tienen nada que ver con amenazas reales, menos tras «los desmarques recientes de los aliados».
El primer misil balístico intercontinental RS-24 será operativo en diciembre tras la expiración del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas START-1. El general Nikolai Solovtsov anunció que será equipado con «al menos cuatro cabezas nucleares».
El presidente de EEUU, Barack Obama, debería abandonar los proyectos de ampliación de la OTAN a Ucrania y Georgia para mejorar sus relaciones con Rusia. Es una de las principales recomendaciones de una comisión bipartidista y de expertos de Washington.
Tras señalar que EEUU «debe admitir que ambos países no están preparados», la comisión propone como alternativa «una relación especial con la OTAN».
Presidida por los senadores Gary Hart (demócrata) y Chuck Hagel (republicano), propone igualmente «reexaminar» el proyecto de escudo antimisiles e insta a no bloquear la entrada de Rusia en la OMC y derogar cortapisas comerciales de la Guerra Fría.