El número de viviendas escrituradas cayó un 38,6% en enero en el Estado español, lo que acentúa la tendencia bajista que en 2008 supuso la disminución en casi un tercio de las operaciones de compraventa. La caída llegó casi a la mitad (47,2%) en el caso de la vivienda usada, cuya estadística da una idea más precisa de la situación real, ya que en el mercado de segunda mano las operaciones se cierran con más rapidez. Por el contrario, el descenso de las ventas de vivienda nueva tarda más en trasladarse a las cifras oficiales. Sin embargo, los expertos apuntan a que la inercia de las preventas se irá perdiendo a lo largo de este año, y las ventas de vivienda de obra nueva bajarán más del 29,1% registrado en enero.

Las ventas de vivienda libre cayeron el 40,9%, en tanto que las de protección oficial disminuyeron el 12,9%.

Las cajas piden más medidas

Por otro lado, el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), Juan Ramón Quintás, pidió ayer más medidas al Gobierno español para ayudar a los hipotecados y al propio sistema financiero, y recomendó a las entidades que aumenten su solvencia y colaboren para evitar una «situación dramática».

Quintás, que compareció en la Comisión de Economía del Congreso, opinó que lo que se está haciendo «no está a la altura de la envergadura de una crisis» que durará más de tres años. Advirtió de que si no se actúa con mayor contundencia las consecuencias serán «dramáticas».

Entre otras iniciativas, propuso que las entidades compartan los riesgos de las hipotecas con la Administración, a través del Instituto de Crédito Oficial.